Londres. La sociedad británica se ha visto sacudida el caso de numersos abusos a menores, y con el ex primer ministro Sir Edward Heath en entredicho, este escandaloso tema que atraviesa todas las capas de la sociedad ha llegado incluso a Downing Street.Seguir a @Mundo_ECpe!function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Las acusaciones son duras: aseguran que Heat violó a un niño de la calle de 12 años, según aseguran hoy medios británicos en base al testimonio de la víctima, hoy de 65 años.
Se sabe, además, que el ya fallecido ministro, un soltero apasionado de la vela, organizaba viajes en velero a la isla de Jersey, en el canal de la Mancha, junto a un pedófilo: el ex presentador estrella de la BBC, Jimmy Savile.
Con el resurgimiento de las acusaciones contra Edward Heath, que dirigió la política británica entre 1970 y 1974, el iceberg de los abusos a menores en Reino Unido alcanza nuevas costas.
El escándalo de Salvile, ya fallecido al igual que ex primer ministro, estalló en la segunda mitad del 2012 y desde entonces la bola de nieve no ha dejado de crecer implicando a gente del mundo del espectáculo, taxistas, políticos, policías, personal de la justicia y la iglesia, que han sido acusados de haber obligado a mantener relaciones sexuales a niños, algunos de edades muy por debajo de la adolescencia.
Cientos de víctimas han acudido a la policía, que investiga incluso la muerte de un menor.
En el caso del conservador Heath, cuyos correligionarios siempre describieron como un político serio, inteligente y correcto, se investiga desde cinco departamentos de policía (en la isla de Jersey, en los condados de Hampshire, Kent y Wiltshire, así como en Scotland Yard, en Londres).
La policía no ha dejado de insistir en que no hay pruebas contra el político, que murió en el 2005 a los 89 años. “Difícilmente puedo creer eso del Ted Heath que yo conocí”, dijo Brian Binley, ex diputado y ex colaborador del primer ministro.
Uno de las principales testigos ha sido identificado en los medios como una prostituta de raíces filipinas. La mujer revela un segundo escándalo que sigue al de los abusos y que ya quedó claro en el caso de Jimmy Savile: la policía en Reino Unido, a la que en otros asuntos los británicos califican como “la mejor del mundo”, al parecer estuvo encubriendo el caso con conocimiento y ayuda del poder del Estado.
La policía en Wiltshire, según un testigo de entre sus propias filas, no investigó la denuncia de la presunta prostituta “Madame Ling Ling”, porque había amenazado con exponer claramente las acusaciones contra Heath. La policía ha guardado silencio y todavía hoy lo hace: “Nosotros investigamos todos los indicios, no tenemos nada más que añadir”, dijo ayer la comisaría de Wiltshire.
Las acusaciones de corrupción han llegado hasta los estamentos más altos. Con el ex primer ministro del Interior Leon Brittan desapareció sin dejar rastro un dosier en el que se señalaba que había una especie de burdel con niños en Elm Guest House, en el barrio gubernamental de Westminster. El diputado Geoffrey Dickens, que entregó el dosier y habló de él en el Parlamento en 1985, apareció después -según el mismo dijo- en una lista de objetivos de asesinato.
Tras la muerte en enero de Leon Brittan se le acusó de abusos a menores. Los hilos de la información llevan hasta el diputado laborista Tom Watson, que actuó como una suerte de abogado de las víctimas. Él sostiene que ya en el 2012 advirtió sin éxito de las acusaciones contra Heath. Ahora muchos británicos se preguntan: ¿Se pudo ocultar todo a primeros ministros como Margaret Thatcher, Tony Blair y David Cameron?
El actual premier, Cameron, ya anunció el año pasado una investigación a fondo, aunque entonces no se conocían, al menos públicamente, las acusaciones contra Brittan o Heath. “No quedará piedra sobre piedra”, dijo. Todo se examinará con lupa, añadió.
Después de que dos juezas tuvieran que renunciar a la presidencia de la comisión por acusaciones de parcialidad, ahora figura la neozelandesa Lowell Goddard al frente de la investigación. Al asumir el puesto dijo que no le intimidaban los pasillos del poder. Y parece que hablaba en serio.
Fuente: DPA