Barcelona, EFE
Diane Foley, madre del periodista estadounidense James Foley, el primero de los cuatro rehenes decapitados en Siria por los terroristas del Estado Islámico (EI), pidió una mejor protección a los periodistas y cooperantes en las zonas de conflicto.
Foley presentó desde la sede del Colegio de Periodistas de Cataluña, la Fundación James Foley, creada por su familia para apoyar a reporteros estadounidenses que trabajan en las zonas de conflicto y a sus familias.
“Los periodistas y los trabajadores humanitarios en zonas en conflicto son gente vital para nuestra democracia, porque el mundo ha de saber el sufrimiento de la gente”, declaró Foley, quien considera que en Estados Unidos ni el gobierno ni muchos ciudadanos acaban de comprender su trabajo.
En su opinión, “hay que negociar cuando los periodistas en zonas en conflicto se encuentran en peligro, debatir en el ámbito internacional cómo se hace y, sobre todo, dar apoyo a sus familias”. Algo que el gobierno de EE.UU. no hace y los de Europa sí, añadió.
En el caso de su hijo, explicó que mientras estuvo en cautiverio no parecía que fuera una prioridad para su gobierno, y añadió que EE.UU. es un país tan grande y con una burocracia tan masiva que fue difícil conseguir la atención necesaria.
La madre del periodista reconoció que hubiera deseado que el gobierno estadounidense involucrase al enemigo y hablara con ellos.
Aún así, cree que pagando un rescate no se habría salvado la vida de James Foley porque el Estado Islámico es un “grupo brutal, que odia a norteamericanos y británicos y nunca ha tenido la intención de liberar a los rehenes”.
En este sentido, la Fundación asegura a los donantes que sus contribuciones no se destinarán a pagar rescates.
James Foley fue el primer rehén decapitado por el EI en Siria, el 19 de agosto. Desde entonces, otro periodista estadounidense y dos colaboradores humanitarios británicos en cautiverio han sido ejecutados. Otro estadounidense está amenazado de seguir la misma suerte.
“Jim se ha ido demasiado pronto. Si hubiera sobrevivido estaría luchando por la libertad de los cautivos”, aseguró la mujer, quien explicó que éste es uno de los retos de la fundación en memoria de su hijo.
La nueva fundación centra su trabajo en la construcción de un centro de recursos para familias de rehenes estadounidenses, en el fomento de un diálogo mundial sobre las políticas gubernamentales en crisis de rehenes, el apoyo a los periodistas estadounidenses que informan desde zonas de conflicto y la promoción de oportunidades educativas de calidad para los jóvenes.