París. Los franceses votaban el domingo en la segunda vuelta de las elecciones regionales en Francia, en las que el ultraderechista Frente Nacional (FN) de Marine Le Pen aspira a la victoria en varias regiones.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
El resultado de la segunda vuelta dependerá en gran medida de la participación y de la transferencia de votos de la izquierda hacia la derecha para impedir una victoria de la extrema derecha.
Aunque los últimos sondeos fueron menos optimistas para el FN, este ambiciona consolidar su victoria después de ser el partido más votado en la primera vuelta de hace una semana con el 28% de los votos, superando a una alianza de centroderecha y a los socialistas.El partido de extrema derecha espera ganar en varias de las 13 regiones, apostando a la vez por el rechazo de los partidos tradicionales, incapaces de superar la crisis económica, y por el miedo provocado por los atentados yihadistas del 13 de noviembre en París (130 muertos).Unos 45 millones de franceses están convocados para elegir 1.757 consejeros regionales y 153 consejeros territoriales en Córcega, Guayana y Martinica. El presidente, Francois Hollande, ha votado a media mañana en su feudo de Tulle, en el centro de Francia. En la primera vuelta, uno de cada dos electores y dos tercios de los jóvenes (18-24 años) se abstuvieron. En Clermont-Ferrand (centro), Abdel, de 38 años, tampoco acudirá a las urnas este domingo. “Ya no creo en los políticos (...) No conseguirán mi voto, ni siquiera para derrotar al FN”. “El mundo político no se entera”, opina Sylvain, de 34 años, un empleado del este del país. “Pedir un voto para que el FN no gane, sin que las élites se hagan la más mínima pregunta, muestra claramente que hay un grave problema”. En caso de victoria del FN, sería la primera vez en la historia francesa que el partido de extrema derecha gobierna una región, 18 meses antes de las presidenciales del 2017 que la líder del partido considera hoy a su alcance.No obstante, las previsiones de los últimos sondeos son inciertas: Marine Le Pen, de 47 años, que se presenta en la gran región Norte-Paso de Calais-Picardía, podría ser derrotada por estrecho margen por el candidato de la derecha, Xavier Bertrand (partido Los Republicanos, LR), en favor del cual la lista socialista -tercera en número de votos- se retiró.En la región Provenza-Alpes-Costa Azul (sudeste), Marion Maréchal le Pen, de 26 años, sobrina de Marine, podría perder por estrecho margen frente al conservador Christian Estrosi, que también se beneficia del retiro de los socialistas y su llamamiento a votar a la derecha para frenar al Frente Nacional.Pero el FN tiene igualmente posibilidades de ganar en la gran región nordeste (Alsacia Champaña-Ardenas-Lorena) y en Borgoña (este).Con la vista puesta en el 2017La campaña electoral, acortada a raíz de los atentados de París, se acabó en un clima tenso con cruces de acusaciones e improperios. El primer ministro socialista, Manuel Valls, agitó la amenaza de una “guerra civil” si el FN alcanza el poder. Le Pen prometió, por su parte, “amargarle la vida al gobierno” si gana en el Norte. A 16 meses de las elecciones presidenciales, los resultados de estos comicios regionales pueden tener importantes consecuencias, sobre todo para el principal partido de la derecha francesa, Los Republicanos, cuyos resultados fueron decepcionantes en la primera vuelta con un 27% de los votos y un primer puesto en sólo cuatro regiones. El futuro puede ser complicado para su líder, el ex presidente Nicolas Sarkozy, que afronta a dos rivales de peso, los ex primer ministros Alain Juppé y François Fillon, en la lucha por ser candidato del partido en las presidenciales. La estrategia de Sarkozy, partidario de combatir al FN adoptando sus temas predilectos de la seguridad, la inmigración y la identidad nacional, no ha frenado el desgaste de su formación frente a la extrema derecha y ha provocado divisiones en su partido. En la izquierda, el llamado “frente republicano” contra el FN, es visto por algunos como una estrategia para presentar al presidente Hollande, cuya popularidad aumentó tras los atentados, como el mejor adversario ante la extrema derecha en el 2017.
Fuente: AFP