Desde el comienzo de la invasión rusa a Ucrania, a la isla de las Serpientes se le otorgó un estatus vital y casi mítico en la guerra. Este afloramiento rocoso y anodino en el mar Negro fue tomado por Rusia y se ha convertido en un campo de batalla de valor estratégico.
Rusia afirma que Ucrania ha sufrido pérdidas desastrosas en un intento fallido de recuperar la isla, que incluyen fuerzas especiales, aviones de combate, helicópteros y drones. Ucrania insiste en que ha limitado su campaña a atacar instalaciones en la isla y barcos.
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La batalla no ha terminado y Rusia está tratando repetidamente de reforzar su guarnición militar expuesta, según el Ministerio de Defensa de Reino Unido.
La isla (también conocida con el nombre de Zmiinyi) tiene una superficie de apenas un kilómetro cuadrado y allí ya no quedan más serpientes. Pero no cabe ninguna duda de su importancia para controlar el mar Negro occidental.
“Si las tropas rusas logran ocupar la isla de las Serpientes y establecer sus sistemas de defensa aérea de largo alcance, controlarán el mar, la tierra y el aire en la parte noroeste del mar Negro y en el sur de Ucrania”, le dijo a la BBC el analista militar ucraniano Oleh Zhdanov.
Es por eso que el buque insignia de Rusia, el Moskva, navegó allí pocas horas después del comienzo de la guerra, y les dijo a los soldados ucranianos en la isla que se entregaran: “Les sugiero que depongan sus armas y se rindan para evitar derramamiento de sangre y bajas innecesarias. De lo contrario, serán bombardeados”, dijo un oficial ruso.
“Buque de guerra ruso vete de aquí”, fue la ahora legendaria respuesta, aunque en un lenguaje mucho más crudo. La isla fue tomada, pero semanas después el Moskva fue hundido.
Perder el Moskva significa que los barcos de suministro de Rusia que llegan ahora a la isla tienen una protección mínima, dice Reino Unido.
Sin embargo, si Rusia puede consolidar su posición, entonces podría dominar una gran parte del mar Negro.
Una presencia rusa reforzada podría ser desastrosa para Ucrania, tanto estratégica como económicamente.
Ucrania ya tuvo que cerrar su puerto en Odesa, lo cual hizo que se suspendieran las exportaciones de granos vitales, pero Zhdanov teme que la isla también pueda usarse como una segunda línea de frente.
“Si los rusos logran instalar sistemas de defensa aérea de largo alcance, podrán defender su escuadrón, que puede llegar a la costa de Ucrania”.
También daría a las tropas rusas la oportunidad de irrumpir en Transnistria, el territorio separatista de Moldavia bajo control ruso que se encuentra al lado de Ucrania y no lejos de Odesa.
Sin embargo, la isla de las Serpientes está a solo 45 km de la costa de Rumania, que forma parte de la OTAN.
El analista naval de Reino Unido Jonathan Bentham cree que un sistema de misiles aéreos S-400 ruso en la isla supondría “un gran cambio en la situación”.
Si Rusia fuera capaz de desplegar un sistema de misiles, no solo Odesa se vería amenazada, sino que el flanco sur de la OTAN también estaría en peligro, advierte el historiador rumano Dorin Dobrincu.
“Esto es muy importante para el gobierno y el pueblo rumano, pero también para toda la alianza. Rusia tendría la capacidad de destruir ciudades y capacidad militar en el este de nuestro territorio”.
La OTAN reforzó las fronteras de Rumania desde el comienzo de la guerra, enviando fuerzas belgas y francesas.
Pero también existen importantes riesgos económicos para Rumania. La isla se encuentra cerca de la desembocadura del río Danubio, que delimita su frontera con Ucrania.
El puerto rumano de Constanza, en el mar Negro, no está muy al sur y ha estado recibiendo barcos de contenedores que ya no pueden navegar rumbo a Odesa.
El analista político-militar ruso Alexander Mikhailov cree que las tropas en la Isla de las Serpientes podrían estar en condiciones de controlar el tráfico hacia el noroeste del mar Negro y el delta del Danubio, la puerta de entrada al sureste de Europa.
“Si hay una base militar o una infraestructura militar, sería posible bloquear los barcos que ingresan al río así como los que salen”, le djo Mikhailov a medios rusos.
El Centro de Resiliencia Euroatlántica de Rumania cree que Rusia puede decidir anexar la isla y controlar tantas rutas marítimas del Mar Negro como sea posible hacia el Bósforo en Turquía.
Históricamente, la isla de las Serpientes fue territorio rumano hasta que fue cedida en 1948 a la Unión Soviética, que la utilizó como base de radares. Como Rumania estuvo bajo influencia soviética hasta 1989, Bucarest aceptó el acuerdo.
Con la caída del comunismo Ucrania tomó el control y, finalmente, en 2009, la Corte Internacional de Justicia trazó los límites territoriales de la isla, otorgando a Rumania casi el 80% de la plataforma continental del mar Negro cerca de la isla y a Ucrania el resto.
La isla de las Serpientes no es solo de uso estratégico, porque esta parte del mar Negro es rica en hidrocarburos, por lo que el fallo de La Haya significa que ambos países poseen reservas de petróleo y gas.
Puede parecer un pequeño grupo de rocas con poco valor evidente, pero su futuro es de gran importancia para la guerra de Rusia.
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