Londres, Agencias
La Universidad de Cambridge develó algunos archivos (19 del total de 33 cajas repletas de documentos) clasificados como “Altamente Secretos” del antiguo espía de la KGB, el comandante ruso Vasilo Mitrojin.
El oficial trabajó para el servicio secreto soviético por 12 años, incluyendo el periodo de la Guerra Fría, hasta que en 1992 desertó al Reino Unido.
Mitrojin era responsable de archivar datos del área de inteligencia extranjera en la sede del KGB, por lo que tenía pleno acceso a miles de archivos sobre la red mundial de espías y las operaciones que hacían en el exterior.
Los denominados archivos Mitrojin estuvieron guardados en secreto dentro del Centro de Archivos Churchill en la Universidad inglesa. Entre los datos más interesantes figura una relación de 200 perfiles sobre los británicos que sirvieron de espías para las URSS.
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Dentro de esa larga lista, destacan los “Cinco de Cambridge”. Un grupo de estudiantes de aquella universidad identificados como Anthony Blunt, Kim Philby, Donald Maclean, Guy Burgess y John Cairncross; reclutados durante la década de 1930, los cinco llegaron a ocupar destacados puestos en el Ministerio de Asuntos Exteriores, el servicio de contraespionajes inglés (MI5) y el entonces Servicio de Inteligencia Secreta (SIS), ahora llamado MI6.
Sin embargo, los textos no mostraban las mejores referencias sobre los cinco espías. Mitrojin señala que Burgess era un hombre que “estaba constantemente bajo la influencia del alcohol”, lo que complicaba su confidencialidad.
“Una vez cuando salía del 'pub', se le cayó al suelo uno de los documentos que había sacado del Ministerio de Relaciones Exteriores”, dice otra parte del texto.
Otro caso es el de Maclean, a quien también describe como un hombre que “no era bueno para mantener secretos, porque estaba constantemente borracho”. El archivo revela también que el alcoholismo de Maclean lo llevó a revelarle a una amante su trabajo como doble agente.
Sin embargo, los documentos no solo muestran perfiles, también revelan el daño que este grupo ocasionó al Reino Unido con la información secreta filtrada hacia los soviéticos. Por ejemplo, Burgess se encargó de entregar alrededor de 389 documentos clasificados entre 1945 y 1949.
De los “cinco de Cambridge”, el más conocido es Philby, quien consiguió burlar durante décadas a los servicios secretos británicos.
Antes de que terminara la II Guerra Mundial, Philby ocupó la dirección de la sección antisoviética del SIS, responsable de las operaciones contra la URSS al mismo tiempo que trabajaba como espía del KGB.
Mitrojin quería que sus archivos pudieran ser vistos por el público, por lo que tras su muerte en 2004 su familia trabajó con los archivos Churchill de Cambridge para hacerlo posible.