“El Papa en la mira del fundamentalismo islámico”, titula hoy el diario conservador italiano “Il Tempo”. Esta seria alarma ha sido lanzada por los servicios secretos italianos y hoy ocupa la primera página de este diario que sostiene que “El grupo de fundamentalistas islámicos, guiados por Al-Baghafi (autoproclamado Califa del Estado Islámico en una mezquita de Mosul, segunda ciudad de Iraq y en su poder), intenta alzar el nivel del enfrentamiento golpeando en Europa y en Italia.
Según “Il Tempo”, “fuentes israelíes creen que en la mira del Estado Islámico está también el Papa Francisco, máximo exponente de la religión cristiana, en cuanto ”portador de falsas verdades“. Asimismo, el rotativo recuerda que la Gendarmería Pontificia ha reclutado numerosos especialistas en informática y en inteligencia en los últimos meses y está en constante colaboración con los servicios secretos de varios países.
Por otro lado, hoy el diario “Clarín” de Argentina añade que Italia se ha convertido en un “trampolín para los militantes ultraislámicos y además al menos 50 italianos han viajado a Siria e Iraq para combatir junto al Estado Islámico. Estos combatientes son, por lo general, miembros de primera o segunda generación de ciudadanos de países europeos y su decisión de ir a pelear se intensifica gracias a los continuos desembarcos de inmigrantes en este continente.
“Durante la guerra de disolución de la Federación de Yugoslavia, sobre todo en Bosnia, centenares de jóvenes italianos fueron a pelear con los musulmanes contra el ejército serbio. El antiterrorismo actuó para desarticular varias célulares. Por ejemplo en Nápoles y en Bolonia, donde se movían combatientes ultraislámicos italianos que adherían al Gia, el Grupo Armado Argelino, que después se convirtió en el Grupo Salafita por la Predicación y el Combate”, precisa “Clarín”.
Más allá de la amenaza al Papa, lo cierto es que ayer, tras una batalla que duró casi tres semanas, insurgentes islámicos tomaron el aeropuerto de Trípoli, la capital de Libia y el hecho es importante porque el 15% de la energía de hidrocarburos llega a Italia directamente por gasoductos y oleoductos conectados con territorio de la península. Estos abastecimientos ahora están en peligro.