Moscú. El jefe del Kremlin está sentado con una paciencia y tranquilidad casi paternales junto a su informal huésped griego, que no usa corbata. El político ruso, de 62 años, se muestra sorprendido ante el más joven primer ministro griego Alexis Tsipras por el hecho de que la Unión Europea (UE) califique la visita del griego a Moscú como un “acontecimiento extraordinario”.Seguir a @Mundo_ECpe!function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Sin embargo, el día es en efecto inusual. Tsipras, de 40 años, es en tiempos de la peor crisis entre la UE y Rusia desde la Guerra Fría el primer hombre de Estado occidental que quiere negociar activamente con el vasto país.
Por un lado, como se esperaba, no se trata de solicitar una inyección financiera de los rusos para los endeudados griegos. Tsipras afirmó que los problemas de deuda de su país deben ser resueltos en el seno de la UE.
Pero Putin le ofrece mucho más: un futuro con ingresos propios, nuevos empleos y crecimiento. ¿De qué se trata? Los rusos quieren ganar a los griegos como socios para su nuevo proyecto de gasoducto Turkish Stream. ¿Cuál sería la ventaja para los griegos? Cientos de millones en ingresos del tránsito del gas ruso a los países balcánicos y quizá Italia. Y muchos nuevos empleos.
Casi como al paso, Putin deja caer que el día anterior se había producido en Budapest un encuentro prometedor de ministros del Exterior del este de Europa que están a favor del ducto. Turkish Stream iría de la ciudad rusa de Anapa a través del Mar Negro hacia Turquía y finalizaría próximo a la frontera griega.
Grecia podría convertirse entonces, de acuerdo con el plan de Putin, en un “actor geopolítico”, el país de tránsito más importante de la UE para el gas ruso. Un papel que tenía hasta ahora Ucrania.
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Reuters
El gasoducto acordado con Turquía durante la visita de Putin al país en diciembre no tiene como fin únicamente reemplazar el ducto transeuropeo South Stream, que fracasó. Al igual que antes South Stream, la nueva iniciativa se propone anular el papel de Ucrania como país de tránsito para el gas ruso. Debido al conflicto con Ucrania, los rusos no ven allí más futuro para la colaboración económica. Por eso ahora los ojos de Moscú también se dirigen hacia Atenas.
Tsipras y Putin destacan los profundos lazos culturales, históricos y religiosos entre sus países. El jefe del Kremlin habla poco antes de la Pascua de los cristianos ortodoxos, este fin de semana, sobre la estrecha unión “espiritual” de griegos y rusos. Tsipras se reúne este jueves en Moscú con el patriarca ortodoxo ruso Cirilo.
Putin y Tsipras acordaron además un año cultural en el 2016. En una declaración para el 70 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, ambos recuerdan la lucha conjunta de griegos y rusos contra el fascismo.
Es un día primaveral con muchos gestos amistosos para los dos hombres de Estado en la capital rusa. Putin y Tsipras hablan de un nuevo comienzo en las relaciones greco-rusas. Putin escucha complacido que Tsipras vuelva a criticar duramente las sanciones de la UE contra Rusia en el conflicto con Ucrania. Dado que Grecia votó finalmente a favor de las sanciones, tampoco hay un regalo inmediato de los rusos. Solo se colocaron los pilares.
El póker por los resultados concretos del acuerdo recién comienza. La pelota está del lado de los griegos. Putin también sabe que Grecia deberá enfrentarse a múltiples resistencias dentro de la UE para que sea aceptada la oferta de convertirse en un gran poder en el negocio del tránsito del gas. No sólo Ucrania quiere mantener su posición como país de tránsito: también la UE quiere evitar un mayor debilitamiento del país, ya bastante sacudido. Los rusos están ahora expectantes: ¿a quién apoyará la UE? ¿A Ucrania o a Grecia?
El jefe de gobierno griego se mostró abierto ante la oferta de Putin, aunque subrayó que todo debe estar en concordancia con el derecho de la UE. Ya está claro que Grecia tiene una política propia. Tsipras afirma sonriente que, de ninguna manera, un nuevo gasoducto en territorio griego puede llamarse Turkish Stream. Sin embargo, no brindó un nombre para la parte griega del ducto.
Fuente: DPA