El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, anunció hoy mano dura contra la corrupción, un día después de que su ministra de Sanidad se viera forzada a dimitir al verse salpicada judicialmente por la “trama Gürtel”, uno de los mayores entramados de corrupción política en la historia de España.
“Quiero que quien la haga la pague”, proclamó Rajoy en el Congreso de los Diputados, en Madrid, en un pleno sobre corrupción que tuvo lugar horas después de que el juez instructor del “caso Gürtel” mandara al banquillo de los acusados a numerosos ex cargos de su Partido Popular (PP), entre ellos a tres ex tesoreros.
En ese auto, el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz señaló a la ya ex ministra de Sanidad Ana Mato -ex mujer de un ex alcalde del PP procesado- y al propio partido de Rajoy como “partícipes a título lucrativo” de delitos de la trama corrupta, por lo que tendrán que sentarse en banquillo y responder por la vía civil como beneficiarios, devolviendo el dinero que el tribunal estipule.
Con ese trasfondo convertido en munición para la oposición y con la ciudadanía indignada por los escándalos que golpean al PP y a otras formaciones, Rajoy intentó echar abajo la idea de que la corrupción es generalizada entre la clase política española.
“España no está corrompida, no generalicemos. Se empieza así y se acaba atacando el sistema. Eso beneficia a los salvapatrias de la escoba”, manifestó, aludiendo sin citarlo por su nombre a Podemos, el partido heredero del movimiento de los indignados que en menos de un año de vida se ha convertido según algunas encuestas en la primera fuerza de España.
“España no está corrompida, España tiene algunos corruptos que afortunadamente están saliendo a la luz”, insistió. Y aludió directamente a los que ha habido en su formación. “Hay casos que afectan a cargos de mi partido y he pedido perdón”, dijo.
Cuestionado y golpeado por esos casos de corrupción a un año de que se celebren elecciones generales, Rajoy acudió al Pleno con el objetivo de intentar recuperar la imagen del PP y de su Ejecutivo.
“Tenemos un enemigo común que es la corrupción, pero no nos afecta a todos por igual”, le espetó el líder de la oposición, el socialista Pedro Sánchez, que le echó en cara “no estar capacitado ni legitimado ni en condiciones” de liderar una regeneración democrática.“Ni usted ni su gobierno tienen credibilidad para mantener este debate”, coincidió con el socialista el líder de Izquierda Unida (IU), Cayo Lara.
Rajoy anunció una serie de medidas contra la corrupción, entre ellas nuevas exigencias a los partidos como la obligación de expulsar a quienes hayan sido condenados y la suspensión de militancia cuando a un miembro se le abra juicio oral por corrupción. Rajoy anunció que la financiación ilegal será un delito, algo que ahora mismo no recoge la ley.
Entre otras cosas, Rajoy también planteó informar de los indultos cada seis meses, que la militancia de los partidos elija a sus órganos de dirección y que los 4.200 partidos rindan cuentas.
Madrid (DPA).