Ventimiglia. “Solo quiero pasar” fue la reivindicación que muchos inmigrantes lanzaron hoy en Ventimiglia, ciudad fronteriza entre Italia y Francia donde esperan continuar viaje a Europa tras la decisión de París de prohibirles el paso.
A trece kilómetros de la frontera ítalo-francesa, este municipio se ha convertido en un tapón para cientos de inmigrantes que, tras cruzar el Mediterráneo desde el norte de África, esperan continuar su periplo hacia el norte europeo.
Un objetivo que se ve por el momento impedido debido a la decisión unilateral de las autoridades galas de prohibir el acceso en el país a aquellas personas que carezcan de un permiso de residencia legal en la Unión Europea (UE).
Cientos de inmigrantes, que en la mayoría de los casos huyen de la conflictividad de sus países, se ven ahora atrapados en esta ciudad ubicada entre escarpadas montañas y frente al mar de Liguria.
“Me cuentan que en sus países sufren la guerra, que estaban muy mal. Situaciones horribles. Y cuando han llegado aquí se han encontrado con que Francia les ha bloqueado el acceso”, lamentó a Efe Yousra Jamil, cooperante de Cruz Roja.
Se limitan a esperar y lo hacen en dos puntos de la ciudad: la escollera del Puente San Ludovico, fuera del casco urbano y a escasos metros de la frontera, y la céntrica estación ferroviaria.
En la escollera han acampado al menos 150 inmigrantes para protestar por la medida de Francia, empapados este miércoles por una fina lluvia matutina y bajo un inclemente sol por la tarde.
La mayoría son musulmanes y prometen continuar “el tiempo que sea necesario” a pesar de la inminencia del ramadán, que comenzará mañana y que les obliga a ayunar de día y lavarse antes de cada oración, prácticas que difícilmente podrán llevar a cabo en la situación en que se encuentran.
Fuente: EFE