Considerada un “templo” por los fanáticos del coleccionismo, la planta que posee Panini en Módena, Italia, trabaja a plena máquina: 240 personas elaboran, a todo ritmo, las figuritas que todos quieren tener antes del inicio del Mundial de fútbol.
Desde entonces, el principio se mantiene y hechiza tanto a chicos como grandes: se abre el sobre, se pegan las figuritas y las repetidas se intercambian con otros coleccionistas en búsqueda del objetivo principal: llenar el álbum.Pese a que la selección de Italia no consiguió clasificarse para el Mundial, nada cambia en la estrategia de Panini: “No, es algo marginal. Producimos para todo el mundo, salvo para una parte de Latinoamérica porque tenemos otra fábrica en Brasil. Pero para el resto del mundo, todo se hace aquí. Así que Italia es apenas una pequeña parte”.
Ante la proximidad del Mundial y el crecimiento de la demanda global, la fábrica incrementó notablemente su plantilla: pasó de 130 a 240 trabajadores.El ritual de las maquinarias, sin embargo, se mantiene inalterable: desde enero, imprimen, cortan, mezclan y meten las figuritas en los sobres, que luego serán enviados a prácticamente todo el mundial.
Fuente: AFP