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La Paz (Reuters)
Bolivia vota hoy en unas elecciones presidenciales donde se espera la contundente reelección de Evo Morales, impulsado por una bonanza económica que en nueve años de “socialismo originario” abatió la pobreza del país andino a mínimos históricos.El ex sindicalista cocalero cuenta con una ventaja de 40 puntos en los sondeos para lograr su tercer mandato consecutivo, en el que los analistas esperan que siga aumentando el rol del Estado en la economía pero con una mayor apertura hacia el sector privado y la inversión extranjera.Morales ha nacionalizado empresas en sectores clave como hidrocarburos, minería y telecomunicaciones, lo que le permitió subir el gasto público y financiar planes sociales para madres solteras, ancianos y estudiantes, que redujeron la pobreza en más de 15 puntos porcentuales, el mayor avance en la región.Además, el Gobierno invirtió en infraestructura carretera, escuelas y canchas deportivas, y acometió ambiciosos proyectos como el lanzamiento del satélite Túpac Katari o el teleférico que conecta La Paz con El Alto, considerado el más extenso del mundo.Morales llevó a Bolivia al club de países “socialistas y antiimperialistas” que durante la última década ha desafiado la influencia de Washington, pero se ganó al mismo tiempo los elogios de Wall Street por su disciplina fiscal y críticas de sectores de la izquierda que exigen más radicalismo económico.“PODEMOS ESTAR MEJOR”Desde las cumbres andinas a la selva amazónica, unos 6,2 millones de electores están convocados a las urnas en un país donde el voto es obligatorio. Los colegios estarán abiertos entre las 08.00 a.m y las 04:00 p.m (03.00 p.m, en Perú), y por primera vez la numerosa comunidad de emigrantes bolivianos podrá sufragar.El Movimiento Al Socialismo (MAS) de Morales aspira a revalidar también su absoluto dominio del poder legislativo favorecido por la fragmentación del voto opositor, después de que sus adversarios fueran incapaces de sellar una alianza para enfrentar la supremacía política y financiera del oficialismo.“No hemos visto ningún componente peligroso para que haya un fraude electoral”, dijo a Reuters el ex presidente guatemalteco Álvaro Colom, jefe de la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), sobre las denuncias de irregularidades y abusos en la campaña presidencial.El magnate cementero Samuel Doria Medina, en un lejano segundo lugar en las encuestas, busca por tercera vez desbancar al mandatario en las urnas. Pero sus críticas por lo que asegura es el caótico estado de la justicia, la corrupción y el clientelismo en la administración pública no han calado entre los descontentos con el Gobierno.Morales, que asumió en el 2006 como el primer presidente indígena de Sudamérica, aún tiene muchos retos pendientes si gana un nuevo mandato de cinco años hasta el 2020, que ha prometido sería el último.El país sigue dependiendo casi exclusivamente de las exportaciones de gas y no ha logrado un avanzar en una industrialización sostenida, el combate contra el narcotráfico se hace cada vez más difícil en el tercer mayor productor mundial de cocaína, y las protestas laborales -desde médicos a mineros- se multiplican en las calles.