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Brasilia (Reuters)
La elección presidencial más impredecible de Brasil en una generación se dirige a un final fotográfico el 26 de octubre entre la actual mandataria izquierdista Dilma Rousseff y su rival Aécio Neves, según mostraron el miércoles dos nuevos sondeos.
En una campaña cada vez más enconada, los candidatos intercambiaron acusaciones de mentiras, corrupción y nepotismo en un agrio debate en televisión en la noche del martes que no tuvo un claro ganador y fue más bien un escenario de ataques que de discusión sobre temas de política.
Neves, el favorito del mercado, ganó terreno luego de su desempeño mejor que lo esperado en la primera vuelta de la elección el 5 de octubre, cuando superó a la ecologista Marina Silva para ubicarse en segundo lugar detrás de Rousseff.
Pero Neves ha tenido problemas para extender sus avances y ha estado luchando voto a voto con Rousseff en los sondeos de opinión durante la última semana.
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Neves tiene un 45 por ciento de respaldo contra un 43 por ciento de Rousseff, según los resultados idénticos de los últimos sondeos de las firmas encuestadoras Datafolha e Ibope, un punto porcentual menos para ambos candidatos respecto a los sondeos publicados hace seis días.
La diferencia entre ambos candidatos es estadísticamente insignificante, porque está dentro del margen de error de la encuesta, de más/menos dos puntos porcentuales en los dos sondeos.
Si se excluyen a los indecisos, los votos en blanco y nulos, Neves se impondría con un 51 por ciento contra un 49 por ciento de Rousseff, igual que la semana pasada.
“Nos dirigimos a un final fotográfico”, dijo André César, un analista político en Brasil, quien espera que los próximos tres debates antes de la elección se vuelvan más duros.
“Si ningún candidato comete un error grave en los próximos debates, sus números no cambiarán mucho”, agregó.
En la carrera presidencial más reñida desde 1989, los brasileños deberán elegir entre reelegir a un Gobierno que ha sacado a millones de la pobreza o cambiar a las políticas más amigables al mercado defendidas por Neves para sacar al país de la recesión.
ACUSACIONESRousseff advirtió a los brasileños en el debate del martes que escoger a Neves generaría desempleo y amenazaría a los beneficios sociales conseguidos durante los 12 años de Gobierno del Partido de los Trabajadores.
Neves sostuvo que la propaganda de Rousseff ha dicho una mentira tras otra sobre él, que ha desinformado a los votantes respecto a que él planea poner fin a los programas de transferencia de efectivo y privatizar los bancos estatales.
El senador y ex gobernador estatal criticó a Rousseff por un escándalo de corrupción de varios millones de dólares en la petrolera estatal Petroleo Brasileiro SA, que los fiscales dicen fue utilizada como canal para desviar sobornos al Partido de los Trabajadores y sus aliados en la coalición gobernante.
Rousseff replicó haciendo referencia a un aeropuerto que Neves construyó junto a la granja de un tío cuando era gobernador del estado de Minas Gerais, y lo acusó de nepotismo al dar puestos en el Gobierno a una hermana, tíos y primos.
Neves reconoció que se hicieron grandes avances en la mejora de la situación social de los brasileños bajo el mentor y predecesor de Rousseff, Luiz Inácio Lula da Silva.
Pero dijo que Brasil había dejado de crecer bajo Rousseff y que la inflación está fuera de control, y se comprometió a restaurar la credibilidad y los flujos de inversión.
Si es electo, el futuro Ministro de Hacienda de Neves, Arminio Fraga, dijo que Brasil necesita restaurar la austeridad fiscal y una cotización flotante de la moneda, políticas que le dieron estabilidad hace dos décadas.
“Nosotros tenemos que cambiar el modelo actual de una economía protegida, menos disciplina fiscal y una atención excesiva en la demanda de los consumidores”, dijo Fraga en una entrevista telefónica. “Ha sido un completo error”, agregó.