Los camioneros siguen bloqueando diferentes vías en Brasil, cuatro días después de que el presidente Jair Bolsonaro saliera a arengar a sus partidarios a tomar las calles del país, en pleno Día de la Independencia, en contra del Supremo Tribunal Federal (STF) y el Tribunal Superior Electoral por las investigaciones que han iniciado en su contra.
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Y si bien el mandatario se vio obligado a relajar sus declaraciones ante una amenaza de ser llevado a un juicio político que podría saldarse con su destitución, sus bases más radicales de apoyo parecen no estar dispuestas a ceder tan fácilmente. Ni siquiera por pedido expreso del mismo Bolsonaro.
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La Policía Federal Caminera de Brasil reporta que durante este viernes 10 aún se registran tres bloqueos en el estado de Santa Catarina, mientras que el Ministerio de Infraestructuras también registra protestas en Rio Grande do Sul y Rondonia, según la agencia de noticias argentina Télam.
PRIMEROS PIQUETES
El martes 7, mientras Bolsonaro se unía a sus seguidores en Sao Paulo intentando recobrar la fuerza popular que ha perdido durante los últimos meses, decenas de camiones permanecían estacionados en la avenida de la Explanada de los Ministerios, bloqueando así la principal vía de Brasilia.
“Intervención militar con Bolsonaro en el poder”, “Prisión para los jueces corruptos del Supremo Tribunal Federal” o “Bolsonaro, acciona a las fuerzas armadas y criminaliza el comunismo”, eran algunas de las frases que lucían las pancartas de los camioneros, según reportó la agencia AFP.
El abierto enfrentamiento de Bolsonaro -y sus seguidores- con el STF se debe a una investigación abierta contra el mandatario y dos de sus hijos por difundir noticias falsas, además de amenazas a la democracia, luego de que comenzara a deslizar la teoría de que las elecciones del próximo año podrían estar amañadas en favor de sus rivales.
Esa misma noche la policía intentó desalojar a los manifestantes, aunque sin éxito.
La mañana del miércoles 8, las manifestaciones se extendieron a 15 estados del país, registrando más de 110 bloqueos de carreteras, según un artículo del diario El País.
PEDIDO DE CALMA
La movilización de los camioneros provocó que varios temieran que se repitiese lo vivido en el 2018, cuando el mismo gremio protagonizó una huelga de 11 días que generó escasez de alimentos y aumento en el costo de los víveres.
Esto, sumado a la advertencia del presidente del STF, Luiz Fux, quien aseguraba que el incumplimiento de Bolsonaro de alguna sentencia emitida por el máximo órgano de la justicia brasileña podía constituir un delito que lo llevaría a un juicio político, hizo recular al mandatario.
Ese mismo día circuló entre los camioneros un audio grabado por Bolsonaro en el que llamaba a desistir de las protestas y bloqueos porque podrían aumentar la inflación y generar escasez en los comercios.
Pero el gremio desconfió de dicho audio y se mantuvo firme en los piquetes.
“Si realmente quiere que abramos las carreteras y volvamos a trabajar, queremos que se lo diga al pueblo brasileño, que mencione la fecha, porque entonces sí, haremos vídeos pidiendo que abran las carreteras. Sin esto, presidente, no lo haré, porque no puedo confiar, porque podría ser un audio antiguo. Pídanoslo directamente. Estamos aquí y le apoyamos siempre, estoy en la calle con el pueblo brasileño luchando por usted y por nuestra democracia”, dijo Marcos Antônio Pereira Gomes, un líder del gremio que se encuentra en Ciudad de México ante las investigaciones que la justicia brasileña mantiene contra él, según El País.
Posteriormente, el ministro de Infraestructura, Tarcisio Gomes de Freitas, publicó un video asegurando que el mensaje sí había sido grabado por el mandatario.
Adicionalmente, la tarde del jueves 9 Bolsonaro emitió una carta pública en la que aseguraba que respetaría las decisiones del STF. “Quiero declarar que mis palabras, en ocasiones categóricas, fueron fruto del calor del momento y de los enfrentamientos que siempre tuvieron como objetivo el bien común”, explicaba en su comunicado.
Esa misma noche el jefe de Estado se reunió con los líderes de los camioneros y acordaron el levantamiento de los piquetes. Sin embargo, esto generó que las bases bolsonaristas más radicales se mostraran decepcionadas del presidente.
REAVIVANDO EL FUEGO
Serían estas mismas bases, también camioneros pero no agremiados, quienes continuarían con las protestas del viernes. Aunque las autoridades han especificado que ninguna de ellas bloquea alguna vía principal del país.
Bolsonaro, por su parte, pareció retomar parte de su incendiario discurso este viernes, en esta ocasión desde las puertas del Palacio Presidencial de La Alvorada donde aseguró que no se echó “para atrás”.
“Aquí cada uno dice lo que quiere. Los tipos no han leído la carta y se quejan. Léanla, que es cortita y se entiende bien”, dijo el presidente en referencia al comunicado del jueves.
Además, envió un mensaje agridulce para sus seguidores más extremos. Por una parte, destacó que “el trabajo de ustedes ha sido excepcional” y que “la imagen está en todo el mundo”, pero al mismo tiempo les pidió no buscar “la inmediatez” para limpiar “la basura” que arrastra Brasil “hace 30 o 40 años”.
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