El diplomático de carrera Carlos Alberto Franco França, de perfil moderado en sus tres décadas dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores, asumirá la Cancillería brasileña en reemplazo del polémico Ernesto Araujo, según el nombramiento oficializado este lunes.
Franco França, un abogado de 56 años y que entró a la carrera diplomática en 1991, fue designado como jefe de la diplomacia brasileña por el presidente Jair Bolsonaro horas después de la renuncia de su antecesor, Ernesto Araujo, que salió por presiones de la propia base aliada del mandatario.
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Considerado más pragmático que Araújo y distante de la influencia del filósofo radicado en Estados Unidos Olavo de Carvalho, el padrino de su antecesor y que es considerado una especie de “gurú” de Bolsonaro, Franco França asume en un momento en el que las Relaciones Exteriores y la imagen de Brasil están deterioradas.
Con credenciales de embajador, pero sin nunca asumir una jefatura diplomática en el exterior, el nuevo ministro se desempeñó en cargos de segundo escaño en las misiones brasileñas de Bolivia, en dos ocasiones; Paraguay y Estados Unidos.
Por su trabajo en Bolivia, Franco França escribió la tesis “Los emprendimientos hidroeléctricos del río Madeira y las relaciones Brasil-Bolivia: análisis de las perspectivas de integración energética bilateral”, que le sirvió como trabajo de grado para su promoción en la carrera diplomática.
Antes de llegar a la titularidad de la Cancillería, el nuevo ministro se desempeñó como asesor especial de la Presidencia.
A pesar de su carrera diplomática, el nombre del nuevo embajador ha sido cuestionado por su perfil moderado, un factor que puede incidir en sus relaciones con los opositores de Araujo, que cuestionaban al anterior canciller por su proximidad con De Carvalho y el influyente diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del mandatario.
Los medios de comunicación citaban el nombre del actual embajador en Francia, Luiz Fernando Serra, como el favorito para asumir la Cancillería ante la inminente salida de Araújo, que en los últimos días coleccionó más polémicas a su ya cuestionada gestión.
Araújo, además de incentivar las tensiones con China, principal socio comercial de Brasil y aliado en el combate a la pandemia por el coronavirus, que deja más de 303.000 muertos y 12,5 millones de casos confirmados en el país, con el suministro de vacunas, medicamentos e insumos, tuvo un altercado con una senadora.
El saliente canciller polemizó el último fin de semana con la senadora Katia Abreu, de la base aliada y líder del sector agropecuario en el Congreso, al acusarla por un supuesto “lobby” para favorecer a empresas chinas interesadas en participar de las licitaciones para operar la tecnología 5G.
El nuevo ministro conoce los tejemanejes de la Presidencia y sus relaciones internacionales, pues estuvo “cedido” varias veces por la Cancillería para jefe de Protocolo en el Palacio de Planalto.
Antes de cumplir esa función para Bolsonaro, Franco França se había desempeñado en el cargo con los ahora expresidentes Fernando Henrique Cardoso, Dilma Rousseff y Michel Temer.
Con atribuciones más técnicas, el nuevo canciller realizó en las embajadas trabajos relacionados a energía eléctrica y ciencia y tecnología, dos de sus especialidades académicas.
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