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La justicia chilena condenó hoy a cuatro años y un día de libertad vigilada al sacerdote de los Legionarios de Cristo John O'Reilly, culpable del delito de abuso sexual reiterado contra una menor de edad, en el colegio de esa congregación donde la niña estudiaba.
El Tercer Tribunal Oral en lo Penal de Santiago resolvió también por mayoría inhabilitar a perpetuidad a O'Reilly, un sacerdote de origen irlandés con varias décadas de residencia en Chile, a cumplir cargos públicos o trabajos que tengan relación con menores.
En la lectura de la sentencia, se incluyó la absolución por la otra acusación existente contra O'Reilly, correspondiente a la hermana mayor de la víctima.
La sentencia consideró la atenuante de irreprochable conducta anterior del cura, quien no asistió a la audiencia de lectura de la sentencia.
El tribunal hizo caso omiso a la recomendación de la Gendarmería de Chile, que en su informe presentencial concluyó que el religioso no está apto para cumplir su condena en un medio libre.
La fiscal Lorena Parra dijo en declaraciones a los periodistas que “estamos tranquilos, conformes, la sentencia es consecuencia del trabajo serio que se ha realizado”.
Agregó que hoy hay una familia que “puede descansar, porque la justicia les creyó”.
“Estamos conformes con la sentencia, porque se condena por abusos reiterados”, añadió.
En tanto, el abogado querellante, José Ignacio Escobar, aseguró que “estudiaremos los fundamentos del fallo dado a conocer hoy”.
La congregación de los Legionarios de Cristo, a la que pertenece el sacerdote John O'Reilly, señaló hoy en una declaración pública que “recibe con respeto este dictamen de la autoridad judicial”.
La nota agregó que “la defensa ha informado que en los próximos días evaluará presentar la petición de nulidad del juicio, recurso permitido por la ley, ya que John O'Reilly se ha declarado inocente de la acusación desde un principio”.
“Como hermanos en Cristo, nos duele profundamente el sufrimiento que esta situación ha causado, de modo especial a la familia que realizó la denuncia”, sostuvo la entidad en una parte del texto.
ASÍ SE APROVECHABA DE LA NIÑA
Durante el juicio, que comenzó el pasado 1 de agosto, se dio a conocer un centenar de pruebas, entre ellas testigos, peritos y la declaración de las dos hermanas, presuntas víctimas del religioso en el colegio Cumbres, situado en un sector rico de la capital chilena.
Según la acusación del Ministerio Público, que acogió la corte, el religioso, aprovechándose de su condición de guía espiritual del establecimiento educacional, sustraía constantemente de la sala de clases a una de las niñas para cometer los abusos entre los años 2007 y 2012.
La fiscalía había pedido una pena de 10 años de presidio por el delito acreditado, por los ilícitos imputados, mientras que su defensa solicita una sentencia de tres años de libertad vigilada, aduciendo a su actitud de colaboración con la investigación.
Durante las jornadas en que se prolongó el juicio, el sacerdote mantuvo su derecho a guardar silencio ante los magistrados.
El caso se conoció en julio del 2012, cuando la familia de una alumna del Colegio Cumbres presentó una denuncia contra O'Reilly, en aquel momento asesor espiritual y capellán del centro educativo.
Esa primera denuncia corresponde a una niña, quien entre marzo del 2010 y julio del 2012 fue supuestamente sometida a tocamientos de connotación sexual por parte del religioso.
Meses después se sumó otra acusación referida a la hermana mayor de la primera niña, la que fue desestimada por el tribunal.
El sacerdote fue suspendido el 25 de julio del 2012 de sus labores tras las denuncias, mientras el arzobispo de Santiago y presidente de la Conferencia Episcopal en Chile, Ricardo Ezzati, confirmó la apertura de una investigación canónica por las denuncias.
El Colegio Cumbres, del acomodado sector santiaguino de Las Condes, suspendió de todas las actividades al sacerdote hasta que se aclararan los hechos.
Fuente: EFE