Granada. Los tres sacerdotes y un seglar que fueron detenidos por supuestos abusos sexuales a menores en Granada (sur de España) quedaron en libertad con cargos, incluido el padre Román, considerado el cabecilla del denominado clan de Los Romanones.
El juez del Tribunal de Instrucción de Granada (sur de España), Antonio Moreno, autorizó la puesta en libertad del padre Román tras el pago de una fianza de 10.000 euros (unos 12.500 dólares).
Los otros tres acusados por supuestos abusos sexuales -dos sacerdotes y un profesor de religión- fueron también puestos en libertad con cargos.
El juez instructor les imputa distintos delitos contemplados en el Código Penal y referentes a la libertad e indemnidad sexual, según fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).
La causa tiene su origen en la denuncia que un joven de 24 años interpuso en octubre por supuestos abusos sexuales ante la Fiscalía. El joven recibió en agosto una llamada telefónica del papa Francisco, que le pidió perdón en nombre de la Iglesia tras leer el escrito en el que le relató los hechos, ocurridos cuando era menor.
A los tres sacerdotes y al laico, el juez les ha impuesto medidas de alejamiento y prohibición de comunicación respecto a las dos personas que han denunciado haber sufrido abusos sexuales. Las medidas impuestas por el juez coinciden con lo solicitado por la Fiscalía.
Los acusados han declarado ante el juez instructor tras haber permanecido detenidos e incomunicados dos días en la Jefatura Superior de Policía de Andalucía Oriental.
En los últimos días se ha sumado una segunda denuncia presentada por un testigo de los supuestos abusos sexuales investigados, que en su momento prestó declaración y que con posterioridad decidió convertir su testimonio en una denuncia ampliando datos y nombres.
La Policía ha abierto diligencias para volver a tomar declaración a este testigo, según informó a Efe el subdelegado del Gobierno en Granada, Santiago Pérez.
En la parroquia San Juan María Vianney de Granada, donde oficiaba misa el padre Román, han aparecido pintadas en tinta roja con acusaciones de pedofilia y pederastia. El papa Francisco declaró el martes, en alusión a este caso, que “la verdad es la verdad y no debemos esconderla”.