Bogotá, DPA
La violencia que protagonizan en Colombia las barras bravas del fútbol tuvo hoy un capítulo inédito con la denuncia de autoridades religiosas sobre la profanación de una tumba en un cementerio de la sureña ciudad de Cali.
Según el arzobispo de Cali, monseñor Darío Monsalve, el hecho ocurrió el domingo cuando varias personas ingresaron al Cementerio Central y profanaron la tumba de un joven que murió el mes pasado.
“Estamos bajo una idolatría de la violencia. Es la herencia de abandonar a la persona humana desde su niñez”, dijo el obispo al repudiar lo acontecido.
El sacerdote Ricardo León, director de los cementerios católicos de Cali, relató que los hinchas intentaron abrir el ataúd para quemar el cuerpo de un joven que murió a comienzos de junio.
“Llegaron al Cementerio Central y se dirigieron al lugar en donde reposaba el cuerpo de esta persona, la emprendieron a piedra, destruyeron la lápida, sacaron el ataúd, lo destaparon e intentaron quemar el cuerpo”, dijo el sacerdote.
El general Hoover Penilla, comandante de la Policía Metropolitana de Cali, expresó que los jóvenes asistían a un sepelio y luego se dirigieron hacia la tumba de un integrante de una pandilla rival.
“De acuerdo con las versiones de los vigilantes del cementerio, aproximadamente diez menores de edad que acompañaban un sepelio, fueron hasta la tumba y luego de sacar el féretro trataron de incinerarlo, cosa que se pudo evitar”, dijo Penilla, tras indicar que una persona fue detenida.
No se estableció si el joven cuya tumba fue profanada, que era hincha del América de Cali, murió en hechos relacionados con la violencia entre las “barras bravas”.
Según el diario “El Tiempo” de Bogotá, los jóvenes que protagonizaron el incidente pertenecen a una barra brava del Deportivo Cali, rival del América en esa ciudad.