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La Habana. La guerrilla de las FARC confirmó el martes la captura de un general que llevó al Gobierno de Colombia a suspender el proceso de paz, pero convocó a discutir la situación para retomar las negociaciones que buscan acabar con un viejo conflicto armado.
El proceso de paz de Colombia, que debía reanudarse el martes, quedó en el aire luego de que el presidente colombiano Juan Manuel Santos ordenara a su equipo negociador no viajar a La Habana hasta que se libere al general Rubén Alzate, capturado el domingo junto a otras dos personas en la selva colombiana.
“Los tres fueron capturados por nuestras unidades, en razón a que se trata de personal militar enemigo, que se mueve en ejercicio de sus funciones, en área de operaciones de guerra”, dijeron las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en un comunicado.
El militar colombiano fue detenido cuando desembarcó de una lancha de civil y sin escoltas, en un caserío cercano a la ciudad selvática de Quibdó. Su captura puso nubarrones sobre las negociaciones, que en dos años han logrado más avances hacia el fin del conflicto interno que todos los intentos pasados.
“Estamos dispuesto a encontrarle una pronta, tranquila y justa solución a este problema”, dijo en conferencia de prensa Pablo Catatumbo, uno de los negociadores de las FARC, en La Habana, donde se han llevado a cabo las negociaciones.
Mientras tanto, las fuerzas militares colombianas desplegaron tropas en la región donde fue capturado el general. El Comité Internacional de la Cruz Roja también está colaborando para lograr la liberación, al igual que Cuba y Noruega, países garantes del proceso de paz.
“El compromiso de las FARC está puesto a prueba. De su decisión depende seguir avanzando hacia el fin del conflicto y la reconciliación”, había dicho el lunes por la noche Santos, que logró su reelección con promesas de perseguir un acuerdo de paz.
COMPROMETIDOS CON PROCESO DE PAZ
A pesar de que las partes están sentadas a la mesa de negociaciones desde hace dos años, los enfrentamientos, ataques y bombardeos en la selva y en las montañas colombianas han continuado en un conflicto que ya lleva más de medio siglo y ha dejado 200.000 muertos y millones de desplazados.
Las FARC siguen siendo la mayor guerrilla de Colombia con 8.000 combatientes y aún tienen capacidad para realizar acciones de gran impacto a la infraestructura productiva del país.
“Queremos que este impasse sea resuelto lo más pronto posible para que el proceso siga avanzando sin sobresaltos hacia el acuerdo final”, dijo el representante de las FARC Pastor Alape en Cuba. “Seguiremos en La Habana trabajando por la paz y dispuestos a continuar las conversaciones”.
En La Habana las partes han conseguido acuerdos parciales para dar acceso a la tierra a los campesinos pobres, sobre garantías para la transformación de la guerrilla en un partido político y para combatir el narcotráfico.
Antes de que las negociaciones fueran suspendidas, los dos bandos debían continuar discutiendo el sensible tema de la compensación a las víctimas del conflicto.
Esta es la segunda vez que las conversaciones son interrumpidas. La primera fue en agosto del año pasado, cuando las FARC declararon una pausa para estudiar una propuesta gubernamental pero el escollo quedó superado horas después.
Fuente: Reuters