Un médico fue condenado este martes a 21 años y 8 meses de prisión por la muerte y retirada ilegal de los órganos de un niño en un caso que conmocionó a Brasil hace más de 20 años, informaron medios locales.
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Álvaro Ianhez, de 77 años, fue uno de los médicos que, según la denuncia presentada por la Fiscalía, actuó de forma ilegal en el socorro a un niño de 10 años con el objetivo de forjar y atestar su muerte para la posterior retirada ilegal de sus órganos.
Este martes, un tribunal de la ciudad de Belo Horizonte (sureste) consideró a Ianhez culpable de homicidio con agravantes, por lo que fue condenado a 21 años y 8 meses de prisión, además de tener negada la posibilidad de recurrir a la sentencia en libertad, según relataron medios que acompañaron el juicio.
“La conducta practicada por el acusado se muestra extremadamente censurable en la medida que el reo practicó el delito valiéndose de su condición de médico, incluso con actuación en la Central de Trasplantes de la localidad, con grave repercusión social”, expresó el magistrado Daniel Chavez al proferir la sentencia.
El caso se refiere a la muerte de Paulo Veronesi Pavesi, en la época con 10 años y quien cayó desde una altura de unos diez metros del edificio donde vivía en el año 2000 en la ciudad de Poços de Caldas, a unos 420 kilómetros de Belo Horizonte.
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El equipo médico encabezado por Ianhez, del hospital Santa Casa de la ciudad, dijo haber comprobado la muerte cerebral del niño y sus órganos fueron retirados y donados.
Sin embargo, la Fiscalía apuntó que el examen que atestó la muerte cerebral habría sido forjado y el niño aún estaría vivo en el momento de la extracción.
Para el fiscal encargado del caso, Giovani Avelar Vieira, el veredicto de este martes es “una gota de aliento en un mar de tanto dolor y tanta impunidad”.
El año pasado, los médicos José Luiz Gomes da Silva y José Luís Bonfitto ya habían sido condenados a 25 años de prisión por su implicación en el crimen, que generó una ola de conmoción e indignación en Brasil hace 22 años.
Otros tres profesionales de salud igualmente fueron condenados por su participación en el caso, aunque no actuaron de forma directa en el socorro.
El anestesiólogo Marco Alexandre Pacheco fue juzgado y absuelto después de que el jurado concluyera que, pese a que participó en la atención al niño, no tuvo responsabilidad en su muerte.
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