Johnny Araya, del partido de derecha de Costa Rica, y el historiador Luis Guillermo Solís, de centro, disputarán en abril la presidencia en segunda ronda, tras unos comicios en los que ningún candidato pudo superar el mínimo del 40% de votos válidos.
Solís, del Partido Acción Ciudadana (PAC), encabeza con 30.9% el conteo de votos contra 29.6% del ex alcalde Araya, candidato del Partido Liberación Nacional (PLN), con 83% de las mesas escrutadas, según la página del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Una sorpresa de los comicios fue que el izquierdista José María Villalta, quedara en tercer lugar con el 17,18%, un joven diputado y ecologista de 36 años, del Frente Amplio (FA), que los sondeos colocaban con serias posibilidades de arrebatarle el poder a la derecha, por primera vez en la historia de este país conservador.
Incluso, Solís, quien en el 2005 abandonó el PLN afirmando que el partido había “perdido el alma”, pasó de los últimos lugares al segundo lugar en un periodo de tres semanas.
Los resultados, que analistas y políticos consideran irreversibles, señalan que se disputará la presidencia en un segundo turno el 6 de abril.
“El pueblo ya habló es tiempo de escucharlo con respeto”, afirmó el presidente del TSE, Luis Antonio Sobrado, quien señaló que no será sino hasta el martes que oficialmente se declare a los ganadores.
A esta jornada, que transcurrió sin incidentes, fueron llamados 3,1 millones de costarricenses para elegir, entre trece candidatos, al sustituto de Laura Chinchilla, primera mujer en la presidencia de Costa Rica, y a un Congreso de 57 diputados.
El abstencionismo supera el 30%, muy cerca de lo registrado en las pasadas elecciones del 2010.
Los comicios, que transcurrieron en calma, se vivieron en una polarización entre derecha e izquierda, pero el electorado costarricense, tradicionalmente conservador, favoreció la opción de centro.CORRUPCIÓN Y COMUNISMOConsiderado su gobierno el más impopular de los últimos 20 años, Chinchilla deja al país con un déficit fiscal de 5,4%, una deuda pública de 50% de PBI y el primer lugar en América Latina en crecimiento de la desigualdad en el 2013.
Araya, que busca un tercer periodo consecutivo para el PLN, una agrupación socialdemócrata que viró a la derecha, trató de distanciarse de las críticas contra la gestión de Chinchilla, envuelto en escándalos de corrupción, prometiendo reactivar la economía y reducir la pobreza, estancada en el 20% desde hace dos décadas.
En esa polarización, ya en la recta final, Solís experimentó un ascenso como una opción de centro, lo cual ha hecho impredecibles los resultados.
El ganador “no podrá gobernar solo con su partido, como ha sido la tónica”, había dicho a la AFP el analista Manuel Rojas.
Al próximo presidente, que asumirá el 8 de mayo, le tocará un Congreso variopinto y mayoritariamente de oposición, por lo que “necesitará un talante negociador”, agregó.