“Solo Dios me saca de la silla presidencial”. La justicia divina ha querido que Jair Bolsonaro deba reevaluar sus palabras: se ha creado una comisión parlamentaria para indagar sobre su manejo de la pandemia del coronavirus.
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Ordenada por el Senado de Brasil, el objetivo de la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) es determinar qué tan determinante fue Bolsonaro en que Brasil se convirtiera en el país de la región con más contagios y muertes, y el tercero en el mundo. Negligencias, omisiones o corrupción serán lo que se buscará.
Con una mejor gestión de la pandemia de la COVID-19, ¿se habría podido evitar semejante desbarajuste? Ese será el trabajo de la comisión.
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Al respecto, la Deutsche Welle explica:
“La comisión parlamentaria de 11 miembros, que tiene un mandato renovable de 90 días, fue instalada por orden del Supremo Tribunal Federal”.
Y agrega:
“Este tipo de comisión puede dar pie a revelaciones devastadoras y desembocar en un proceso de destitución, como ocurrió con el presidente Fernando Collor de Mello en 1992. Pero también puede terminar en nada, según la marea política”.
En el peor escenario para Bolsonaro, “sus conclusiones también pueden llevar a la fiscalía a pedir investigaciones sobre miembros del gobierno”.
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LA COMISIÓN AL DETALLE
Quien preside la CPI es el “centrista Omar Aziz”, quien ha convocado a los ministros de Salud que ocuparon el cargo desde que se inició la pandemia.
Ellos son: Luiz Henrique Mandetta, Nelson Teich, Eduardo Pazuello y Marcelo Queiroga.
La DW dice:
“Algunos conjeturan que el gobierno tratará de culpar del desastre sanitario al exministro Eduardo Pazuello, un general del Ejército, quien estaba en funciones en el momento de la tragedia de Manaos y fue destituido por Bolsonaro en marzo.”
Asimismo, otro de los miembros de la comisión, Renan Calheiros, ha sostenido que pedirá “documentos relacionados con la compra de vacunas” y la promoción de “medicamentos sin eficacia comprobada” como la cloroquina.
Exigirá también aquellos que hagan referencia a la distribución de recursos para frenar el coronavirus a estados y municipios.
Por supuesto, Bolsonaro ha desestimado el poder la comisión:
“Solo se habla de la cloroquina, pero los que están en contra no han dado con otra alternativa”.
France 24 anota que, aun con la molestia del mandatario, desde hace dos semanas “exministros y jefes de grandes laboratorios prestan testimonio jurado ante la Comisión”.
“Los interrogatorios, televisados en directo, pusieron el foco sobre la oposición de Bolsonaro al confinamiento en nombre de la salvaguarda de la economía, así como en su promoción de la cloroquina, […] su desdén por el uso de máscaras y su rechazo a ofertas de vacunas”, dice el medio.
CAE LA NOCHE
Ahora que Bolsonaro ve que sus planes de reelección peligran, ha decidido salir a la calle a mostrarse victorioso.
Con eso en mente, este sábado en Brasilia, será parte de un “acto convocado por agricultores conservadores, al cual llegará a caballo”.
Se espera que se den cita más de 100 mil “soldados conservadores”, quienes también se oponen a las medidas para frenar el golpe del coronavirus, como el aislamiento.
Según France 24, la estrategia de Bolsonaro es recurrir a la ultraderecha.
El medio agrega:
“En paralelo, unas cien ciudades serán teatro de una Marcha de la Familia Cristiana por la Libertad, un nombre que evoca las protestas que en 1964 propiciaron el golpe militar y la instalación de una dictadura que duró 21 años”.
Pero esta comisión no es lo único que hace temblar a Bolsonaro. El expresidente Lula da Silva, quien recientemente recobró sus derechos políticos, se fortalece.
Según EFE, las encuestas de popularidad dan cuenta que Bolsonaro va a la baja (24%). Asimismo, la intención de voto indica que, en la primera vuelta presidencial, Lula obtendría 41%, y que ganaría la segunda con 55%.
MALAS NUEVAS
Todas parecen ser, por ahora, no muy buenas noticias para el presidente Bolsonaro. Mientras los contagios y las muertes aumentan en su país, Pfizer acaba de afirmar que “Brasil ignoró oferta de vacunas para diciembre del 2020”.
A ello habría que sumar la opinión del primer titular de Salud que se enfrentó a la pandemia, Luiz Henrique Mendetta. Su opinión frente a la comisión investigadora dejó mal parado a Bolsonaro.
Según su testimonio, él le alertó “sistemáticamente” sobre las “gravísimas consecuencias” de la pandemia, y que el jefe de Estado confrontó públicamente las decisiones y políticas de su ministerio.
“Brasil hubiera podido hacer más. Podríamos haber empezado a vacunar en noviembre pasado”, sostuvo.
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