Bogotá (El Tiempo de Colombia / GDA) Desde el 29 de mayo 'Carolina' volvió a ser libre. Esta mujer de 30 años pasó la mitad de su vida como guerrillera del sanguinario grupo paramilitar de las FARC, hasta que decidió desertar, por un mejor futuro para su bebe de solo 10 meses.
Sin embargo, desvincularse de la guerrilla no fue nada fácil.
Originaria del municipio central de Mapiripán, fue reclutada hace 15 años por Jorge 'Cachirre', guerrillero integrante del frente 44 de las FARC. El maduro combatiente la llevó hasta un campamento ubicado a las orillas del río Guaviare, la vistió con un tradicional uniforme camuflado y le dio su primer fusil.
Así fue como 'Carolina' cumplió sus 15 años, con un machete en una mano y un fusil en la otra, e impedida de mantener cualquier contacto con su familia o amistades cercanas.
Para cuando cumplió 23 años, estaba siendo obligada a abortar por segunda vez, bajo la orden del mismo hombre que la había reclutado, Jorge 'Cachirre'. Poco influyó el hecho de usar uniformes más anchos y evitar los controles médicos, igual detectaron su embarazo. Menos aún, le importó a 'Cachirre' los llantos y las súplicas de la joven quien nunca quiso perder a un hijo.
“Me dijo que tenía que abortar. De lo contrario me amarrarían y me fusilarían”, cuenta aún con lágrimas en los ojos 'Carolina'.
En 2012, fue destacada al frente Acacio Medina -frontera con Venezuela- donde volvió a quedar embarazada. Sin embargo, esta vez decidió defender a toda costa a su hijo. Luego de lograr esconderlo por ocho meses, su estado fue detectado nuevamente, afortunadamente esta vez le permitieron dar a luz.
La alegría le duró poco, pues a los 10 días de nacido y cuando ya había sido bautizado como Nicolás, los guerrilleros enviaron al bebe a un campamento diferente.
Pasaron nueve meses en los que 'Carolina' no supo nada sobre Nicolás, hasta que debido a su buen comportamiento, volvieron a cambiar de posición a la guerrillera. Esta vez la enviaron junto a su hijo.
Una vez con él la mujer decidió escapar y así lo hizo. Paso nueve días y noches atravesando una tupida selva, ayudada ocasionalmente por indígenas quienes le brindaban alimento y un lugar donde dormir. “Pensaba en que yo no había parido a mi hijo para la guerra, en que yo quería otra cosa para él”, recuerda 'Carolina'.
Finalmente, la mujer y su hijo se encontraron con un batallón de la Armada Nacional colombiana, quienes les ofrecieron protección y atención médica para ambos.
“Mi mensaje para las guerrilleras es que dejen las armas. Las FARC me obligaron a perder dos hijos, fui humillada y eso no lo merece ninguna mujer. Si yo fui capaz de salir, ustedes también”, concluye 'Carolina'.