Buenos Aires. Argentina vivió en diciembre de 2001 la mayor crisis económica de su historia reciente, que derivó una trágica explosión social en las calles y la declaración del Estado de sitio por parte del, entonces presidente Fernando de La Rúa, quien acabó renunciando y marchándose de la Casa Rosada en helicóptero.
Aquellos trepidantes días de verano austral, en los que la represión contra las protestas sociales dejó una treintena de muertos y marcaron para siempre a varias generaciones de argentinos, supusieron el final de la carrera política de De la Rúa, quien falleció este martes a los 81 años.
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Estas son las principales medidas que desembocaron en la crisis y los acontecimientos que la marcaron:
1. Fernando De la Rúa asume la Presidencia
El 10 de diciembre de 1999, Fernando de la Rúa, una de las históricas figuras de la Unión Cívica Radical (UCR) y que ya había sido senador, diputado y alcalde de Buenos Aires, asume la Presidencia argentina tras ganar las elecciones como líder de la Alianza, formada por la UCR y el Frente País Solidario (FREPASO).
Su Gobierno heredó, del peronista Carlos Menem (1989-1999), una economía en recesión, con un millonario déficit público, una industria en caída y una pesada deuda exterior.
Una de sus primeras medidas fue enviar al Parlamento el “impuestazo”, el plan económico para conseguir recursos por 2.000 millones de dólares, que fue finalmente sancionado.
Ya en marzo del 2000, el Congreso aprobó un proyecto de emergencia económica que ordenaba la suspensión de pagos por millonarias deudas adquiridas en querellas que había perdido el Estado.
La presión sindical llevó en mayo a la primera huelga general contra la reforma laboral y el plan de ajuste. En junio llegaría la segunda.
2. Escándalo de corrupción en el Senado
En el 2000, el Ejecutivo se vio envuelto en un caso de sobornos en el Senado para la aprobación de la polémica reforma laboral que buscaba sacar adelante el oficialismo.
La controversia llevó al entonces vicepresidente del país y presidente de la Cámara Alta, Carlos Álvarez, a presentar su renuncia en octubre, lo que abrió una crisis política.
Por su presunta responsabilidad en el escándalo como presunto coautor del delito de cohecho activo agravado, De la Rúa fue sometido años después a juicio.
Si bien la Fiscalía había solicitado una pena de seis años de prisión, finalmente fue absuelto en diciembre de 2013, 14 meses después del inicio de la vista, al igual que los otros siete acusados.
3. La debacle económica
A finales del año 2000, organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Tesoro de España anunciaron una asistencia total de 39.700 millones de dólares para Argentina: el conocido como “blindaje”.
“Estamos iniciando una nueva etapa, que deja atrás un año difícil”, indicó De la Rúa tras conocerse este rescate financiero, con el que buscaba alejar el fantasma del cese de pagos y reactivar la economía.
Pocas semanas antes, el Senado había aprobado un acuerdo pactado con la oposición para congelar por cinco años el gasto público.
En marzo de 2001, el presidente anunció una remodelación del gabinete, luego de conocerse la renuncia del ministro de Economía, José Luis Machinea, que fue sustituido por Ricardo López Murphy.
Poco después, el mandatario presentó un plan de austeridad, aprobado por el FMI, con una reducción del gasto público próxima a los 2.000 millones de dólares y una reforma de la administración del Estado.
Pero los problemas, lejos de cesar, solo engrosaron la herida.
Murphy abandonó el Gobierno 15 días después de haber asumido y De la Rúa designó en su lugar a Domingo Cavallo, ministro de Menem que había sido el artífice de la llamada convertibilidad del peso-dólar, que regía desde 1991 estableciendo una relación cambiaria fija entre la divisa nacional y la estadounidense, a razón de un dólar por peso.
4. Los “superpoderes” del Gobierno que no funcionaron
A finales de marzo de 2001, el Parlamento otorgó facultades especiales al Gobierno para reestructurar la administración del Estado y aplicar reformas fiscales, y un mes después, el Senado aprobó la reforma laboral, que provocó otra huelga general.
En tanto, nuevos recortes salariales para funcionarios y pensionistas siguieron marcando el camino en la ya deteriorada economía y en el descontento de la sociedad.
En julio, el Congreso sancionó la ley de “déficit cero”, que impedía al Gobierno gastar más de lo que ingresaba, plan respaldado por el FMI, que otorgó al país una nueva ayuda de 8.000 millones de dólares, con un desembolso inmediato de 6.300.
La alta deuda externa y la crisis del sistema de convertibilidad, unida a la falta de la confianza de los inversores y la fuga de capitales al exterior impulsaron al Ejecutivo a presentar, el 6 de noviembre, una oferta de canje para reprogramar la deuda pública.
5. Diciembre negro
El miedo de los argentinos a perder su dinero derivó en la retirada en masa de grandes sumas de dinero de sus cuentas bancarias, que buscaban pasar a dólares y enviarlas al extranjero.
Como consecuencia de esto, el primer día de diciembre de 2001, De la Rúa firmó un decreto que impedía retirar más de 250 pesos en efectivo por semana (equivalentes a la misma suma de dólares).
Estas restricciones pasaron a la historia bajo el nombre de “corralito” financiero y fueron el verdadero punto de partida para la explosión en las calles, con cacerolazos populares que dieron al mundo.
El día 5, el FMI suspendió un préstamo de 1.264 millones de dólares porque Argentina no había cumplido las metas de su reforma económica, y el 13 de diciembre una nueva huelga volvió a poner en jaque al débil Gobierno.
6. La represión en las calles
Desbordado por las circunstancias, el 19 de diciembre De la Rúa declaró el estado de sitio en todo el país, para afrontar la revueltas, los saqueos de supermercados y pequeños comercios y los asaltos a edificios públicos. En medio del caos, Cavallo renuncia.
Ya el día 20, tras agotar todos los cartuchos tratando de convocar a un gobierno de unidad nacional y mientras la represión en las calles dejaba más de una treintena de muertos y centenares de heridos en todo el país, De la Rúa también dimite y abandona la Casa de Gobierno en helicóptero, una imagen que se convirtió en icónica.
“Confío que mi decisión contribuirá a la paz social y a la continuidad institucional de la República”, expresó De la Rúa.
7. Cinco Presidentes en menos de dos semanas
Tras la marcha de De la Rúa dos años antes de que concluyera su mandato, el presidente del Senado, Ramón Puerta, asumió provisionalmente la Jefatura de Estado y convocó a la Asamblea Legislativa para designar a un nuevo mandatario.
El 23 de diciembre, el Congreso nombra presidente al peronista Adolfo Rodríguez Saá, que declara el cese de pagos de deudas soberanas por 102.000 millones de dólares, el mayor de la historia.
Sin embargo, ante la falta de apoyo político y en medio de otra ola de disturbios, Rodríguez Saá presenta su renuncia.
El siguiente en asumir es el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño, que convoca nuevamente al Parlamento para elegir un nuevo mandatario provisional.
Ya el día de año nuevo de 2002, la Asamblea designa al también peronista Eduardo Duhalde, quien se mantuvo en el poder hasta las elecciones generales del 27 de abril de 2003.
Durante el Gobierno de Duhalde, el Parlamento aprobó una ley de Emergencia Pública que terminó con la convertibilidad y el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, anunció el “corralón”, por el que se convertirían los depósitos a plazo fijo de dólares a pesos a un cambio de 1,40 pesos por dólar, con actualizaciones mensuales en función de la inflación.
8. El principio del fin
En febrero de 2002, la Corte Suprema de Justicia declaró anticonstitucionales las restricciones al acceso a los fondos bancarios, lo que derivó en una seguidilla de demandas judiciales.
Muchos de los plazos fijos fueron liberados mediante recursos judiciales y el resto canjeados por bonos del Estado o devueltos en parte.
En abril, el ministro de Economía decidió marcharse tras la negativa de Duhalde a frenar la retirada de dinero de los bancos, y le sustituyó Roberto Lavagna, considerado por muchos el artífice del comienzo de la recuperación económica del país y quien continuó en el cargo durante el Gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007).
El nuevo mandatario, que llegó apoyado por Duhalde, conservó a Lavagna como titular de Economía hasta 2005 y declaró la “independencia” argentina del FMI al cancelar con un solo pago de unos 9.500 millones de dólares las deudas con el organismo.
Poco a poco, la economía argentina fue creciendo, al tiempo que comenzaron a caer los niveles de desempleo, que había alcanzado su máximo del 24,1 % en el segundo trimestre de 2002.
Ya lejos del caos y por lo ocurrido en la represión de 2001, en 2007 De la Rúa fue procesado por el “homicidio culposo” de cinco personas, por lo que fue sobreseído en 2009.