Toneladas de cocaína, asesinatos y huidas de prisión son solo una pequeña parte de la leyenda de Joaquín El Chapo Guzmán, según la está contando a un jurado neoyorquino uno de los testigos “estrella” que la Fiscalía presentó en su juicio. Se trata nada más y nada menos de Jesús Zambada García, alias 'El Rey', primer gran testigo del Gobierno estadounidense en el caso contra Guzmán y considerado uno de los mayores narcotraficantes de la historia, y que, al igual que Guzmán Loera, se enfrenta a cadena perpetua de ser considerado culpable.
Sin máscaras que le oculten su rostro, mirando a El Chapo por momentos mientras relataba todas sus modalidades para la importación de cocaína a Estados Unidos, su vivir, sus negocios y sus nexos, 'El Rey' Zambada, vestido con uniforme de presidiario, tranquilo y con un lenguaje claro y conciso, contó detalles que por años las autoridades mexicanas trataron de conocer o esconder, como por ejemplo, el origen real del Cártel de Sinaloa, su estructura, su funcionamiento y varios de sus episodios más sonados.Su gran primera revelación se dio cuando desmintió de entrada uno de los ejes de la estrategia de la defensa: que su hermano, el también narcotraficante Ismael 'El Mayo' Zambada, y no El Chapo, era el líder único del Cártel de Sinaloa. “Eran socios”, dijo sobre los dos capos.
Según relató, 'El Mayo' y El Chapo tenían “una relación de trabajo, una sociedad para la importación de cocaína, de narcotráfico”, en la que iban “a medias”. Zambada sabe bien de lo que habla, pues él mismo era uno de los “sublíderes” del Cártel, hombre de confianza de su hermano, primero como responsable de sus cuentas y luego jefe en Ciudad de México.
La cooperación entre el Cártel y autoridades mexicanas fue uno de los puntos fuertes de su testimonio. El Ejército, la Procuraduría General de la República, la Policía Federal de Caminos, la Policía del Distrito e incluso la Interpol, en todas había oficiales sobornados para proteger a los narcos. Según 'El Rey', él mismo pagaba unos 300.000 dólares mensuales en sobornos a distintos colaboradores en Ciudad de México.Durante las tres horas de testimonio que ofreció este miércoles y las cinco de este jueves, Zambada García aseguró que él mismo fue parte del Cártel de Sinaloa desde 1987 y hasta su arresto, primero ocupándose del sistema de contabilidad para la venta de cocaína en Estados Unidos y luego de cuestiones de inteligencia y seguridad hasta llegar a recibir cargamentos de droga y gestionar las operaciones en Ciudad de México.
El narcotraficante desgranó toda la estructura de la organización, en la que él llegó a ser “sublíder”, y la forma en la que ésta gestionaba durante su etapa el tráfico de estupefacientes.
A preguntas de la Fiscalía, 'El Rey' Zambada se centró especialmente en el negocio de la cocaína y en cómo la droga se transportaba desde Colombia a México y posteriormente a Estados Unidos. Entre otras cosas, detalló cómo durante los años noventa se recibían en Cancún continuos cargamentos de cocaína en lanchas rápidas y cómo, con apoyo de miembros de las fuerzas de seguridad mexicanas que cobraban sobornos, se distribuían.
Según Zambada García, entonces la fórmula favorita para llevar la droga por las carreteras de México era dentro de camiones de transporte de gas, que junto al combustible, escondían los cargamentos en su interior. Su rivalidad con los otros grupos delincuenciales en México, casi le cuesta la vida al propio Zambada García, pues sobrevivió a un tiroteo en el que una bala le rozó la cabeza y le dejó una importante herida. Menos suerte tuvieron su hermano Vicente, que fue asesinado a la puerta de su casa en Cancún, y muchos otros.
El testigo explicó además numerosos detalles financieros, poniendo cifras al multimillonario negocio del Cártel. Según aseguró, por cada tonelada de cocaína que se vendía en California se obtenía en su época un beneficio neto de 13 millones de dólares, después de los gastos de su transporte. Esa ganancia aumentaba hasta los 16 millones si la droga se vendía en Chicago y podía alcanzar los 26 millones por tonelada si se hacía en Nueva York.
Habitualmente, explicó, en los cargamentos participaban cinco capos como inversores, que se repartían los beneficios y también las posibles pérdidas en caso de que el envío fuese interceptado. Ese método, que el Cártel de Sinaloa comenzó a emplear a mediados de los noventa, permitió al grupo “volverse fuerte” y a los jefes del narco “proteger el capital de sus inversiones”.
El narcotraficante recalcó que todos los líderes de la organización compartían recursos y dijo que él mismo gestionó muchos de los movimientos a través de los almacenes que gestionaba en la capital. Sobre su relación con Guzmán, el testigo contó cómo conoció a El Chapo tras su primera huida de prisión en 2001 y cómo junto a su hermano le ayudó a escapar cuando poco después estuvo a punto de ser capturado en una operación militar. Según dijo, Zambada García consiguió un lugar para poder hacer aterrizar un helicóptero y extraer a Guzmán antes de que fuese apresado. Durante su etapa en Ciudad de México, explicó que estaba principalmente en contacto con su hermano, pero que también saludó a El Chapo en alguna ocasión por teléfono o se transmitieron mensajes a través de otras personas.
A partir de este lunes, sus abogados tendrán ocasión de cuestionar a Zambada y defender su teoría de que la historia del Chapo es más “leyenda” que realidad, en un juicio que arrancó el 5 de noviembre con la elección del jurado y que se prevé que pueda durar 4 meses.Fuente: “El Tiempo” de Colombia - GDA / EFE