Nació en Buenos Aires, Argentina, un 24 de junio de 1916. Así comienza la historia de Juana Bacigalupo, una mujer que hace poco cumplió 106 años. Ella ha pasado por muchas cosas en todo ese tiempo. Una de las más difíciles, sin duda, fue el fallecimiento de su familia.
La señora, en diálogo con Infobae, recordó varios pasajes de su vida, como el hecho de que se crió en Parque Patricios y que su madre quería que ella se convirtiera en maestra; sin embargo, Juana tenía otros planes: deseaba coser. Es así como llegó a trabajar en una casa de moda.
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¿Cómo conoció al amor de su vida?
Durante su juventud, acudió al Club de Parque Patricios en compañía de su abuela. En dicho lugar, su familiar le dijo que un hombre que estaba ahí iba a ser su novio. Ella no se equivocó. Y es que así conoció a Felix Tousteau, un visitador médico que tiempo después se convirtió en su marido y padre de sus tres hijos.
En el tiempo en que ambos eran novios, Juana Bacigalupo indicó que él tuvo que soportar varias veces que ella lo dejara plantado. Todo porque la mujer trabajaba bastante en la casa de moda. “Tenía un horario de entrada, pero nunca sabía cuándo salía”, recordó. En ese entonces, cumplía sus labores con una máquina Singer a pedal.
Cuando eventualmente se casó con Felix, él le dejó en claro que no quería que siguiera trabajando. Los dos contrajeron matrimonio en la Parroquia Nuestra Señora de las Victorias, siempre según la citada fuente. “Hombre como él no hubo ninguno. Era de bueno, fabuloso. Jamás gritaba”, aseveró Juana.
Ambos compraron en un remate la casa actual donde vive la protagonista de esta historia, que se ubica en Buenos Aires. En esa propiedad, hasta hace un tiempo, uno de sus hijos le hacía escuchar tangos. Según contó, toda su familia ya falleció.
“En una palabra, se fueron todos y me dejaron sola”, indicó Juana. El primero en irse de este mundo fue su esposo Felix, quien por culpa de una enfermedad silenciosa murió cuando el hijo mayor tenía apenas 8 años.
Las personas que están pendientes de ella
Quien verifica que se encuentre bien es Eugenio Raúl Zaffaroni, un exjuez de la Corte Suprema de Justicia que vive en el mismo barrio que la mujer. Él fue amigo de la escuela primaria de Héctor, hijo mayor de Juana. “Me quiere como si fuera una madre. Es lo único que me quedó”, recalcó.
También es necesario mencionar que recibe ayuda de su vecina brasileña llamada Suzane. “Es un ángel”, indicó. Ella la suele acompañar cuando Juana decide caminar. Además de tener un bastón, se apoya en el brazo de su amiga.
¿Qué hace actualmente Juana Bacigalupo?
La protagonista de esta historia cocina en su casa, donde jamás faltan papas y zanahorias en la mesa. No suele encender la radio a menudo porque considera que hay muchas malas noticias, y la televisión no le agrada. “No soy amiga de la tele porque dicen tantas macanas”, manifestó. Sin duda, es una persona que no tiene problema alguno en manifestar lo que piensa.
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