Lula da Silva tiene de nuevo todos sus derechos políticos, y piensa usarlos. Se espera que, en el 2022, se postule a la presidencia de Brasil en contra del actual mandatario, Jair Bolsonaro.
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Él ya ha dado pistas de que ese será su plan: “si es necesario”, se presentará a los comicios para derrotar a una “fascista” y “genocida”, el “mayor responsable del caos de la pandemia” de coronavirus.
Ante esa posibilidad, aprovechamos para recordar todas las veces que Luiz Inácio Lula da Silva tentó el sillón presidencial.
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1. 1989
La Deutsche Welle anota que Lula se presentó con la imagen de un “obrero” con “un discurso de izquierda”. Detrás suyo estaba el PT (Partido de los Trabajadores), que ayudó a fundar el 10 de febrero de 1980 con el apoyo de “intelectuales y sindicalistas”.
Su presencia, sin embargo, no cayó bien. Eran las primeras elecciones presidenciales tras el término del régimen militar, y su propuesta “provocó temor en varios sectores de la economía”.
Finalmente, Fernando Collor de Mello fue elegido en segunda vuelta.
“El País” recuerda que, en la primera vuelta, Collor de Mello se llevó de encuentro a Lula, pero que la situación cambió para la segunda, donde este último consiguió el apoyo “de todos los candidatos fuertes, desde el centro hasta la izquierda”.
El periódico español también trae a la memoria que, tras el primer debate, Lula empezó a ser más atractivo para el electorado, por lo que Collor tuvo que golpear fuerte. El medio escribió:
“Llegó a presentar […] a una antigua amante de Lula, madre de la hija de 15 años que el candidato de izquierda tiene reconocida […]. La mujer declaró que Lula había tratado de convencerla, para que abortara, que es un racista y toda clase de ruindades, que, según se supo después, habían tenido un precio.”
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2. 1994
Las denuncias de “irregularidades” hacían temblar a la gestión de Collor y Lula sacó provecho. En 1991, lanzó “Fuera Collor”, un movimiento que apoyaba el juicio político al entonces presidente.
Las elecciones presidenciales se sucederían tres años después, y Lula postularía junto a Aloizio Mercadante como parte de su fórmula. Si bien fueron derrotados en primera vuelta por Fernando Henrique Cardoso, el PT ubicó a sus primeros gobernadores.
En un artículo del Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB), se anota que, tras sus dos primeras postulaciones, se hizo evidente que uno de los grandes problemas de Lula era su imagen de radical. Con eso en mente, “los principales medios de comunicación volvieron a favorecer de manera ostensible al representante de la moderación y el establishment”.
El CIDOB escribió:
“En esta ocasión, Fernando Cardoso, cuyo prestigio internacional como científico político, su interminable currículum académico y, lo más importante, su labor como ministro de Hacienda […] constituyen activos que Lula, quien ‘ni siquiera’ tenía terminada la secundaria, no pudo o no supo neutralizar”.
3. 1998
Dice la DW que, ese año, “Lula sufrió una de sus peores derrotas electorales”.
Él intentó aliarse con un excontrincante de los comicios de 1989, Leonel Brizola, pero no tuvo éxito, y solo consiguió el 31%.
Fernando Henrique Cardoso “fue reelegido con el 53%”.
El CIDOB recuerda que, aun con “crecimiento de la deuda externa y el profundo malestar social generado por las privatizaciones”, Cardoso ganó con “inapelable autoridad”.
4. 2003 y 2007
En la segunda vuelta del 2002, Lula finalmente consiguió la victoria. Obtuvo el 61% de los votos, convirtiéndose en, según “El País”, en el “presidente más votado de la historia”. El rival fue José Serra, de la coalición de centroderecha.
Recuerda la DW que, para lograrlo, “vendió una imagen más moderada, simbolizada en el lema ‘Lulinha paz y amor’”.
De hecho, en un artículo del Real Instituto Elcano se recuerda que Lula firmó la Carta ao Povo Brasileiro, algo así como una hoja de ruta en la que se comprometía a no romper con el orden económico de la nación.
Una vez elegido, Lula tomó las riendas de un país con serias complicaciones. El Real Instituto Elcano anota que Brasil tenía una “inflación descontrolada, fuga de capitales, depreciación considerable de la moneda nacional”.
En su gestión, Brasil empezó a pagar su deuda y negoció con sus acreedores y se crearon puestos de trabajo.
La BBC recuerda que, durante sus dos periodos frente al gobierno, “la economía se expandió, decenas de millones de brasileños ascendieron a la clase media y se descubrieron grandes reservas de petróleo que alentaron el sueño de desarrollo del gigante sudamericano”.
Con esos resultados, se convirtió en el candidato favorito y fue reelegido en el 2007 con más del 60%.
Por supuesto, su gestión no estuvo exenta de escándalos. En el 2005, por ejemplo, se supo que hubo compra de diputados. Lula dijo que todo fue una “invención de la oposición y la prensa”.
Hacia el final de su mandato, en el 2009, el periódico “Le Monde” lo nombró el personaje del año, mientras que “El País”, el de la década.
La revista “Times” también dijo que era la personalidad más influyente el mundo, e incluso Barack Obama dijo que era “el político más popular del planeta”.
En el 2010, alcanzó el 87% de popularidad en Brasil.
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