México (AP) Rosa del Carmen Verduzco, la propietaria del albergue mexicano donde autoridades afirman que se cometieron abusos a menores, defendió su actuación al interior de una casa que operó por más de seis décadas con el reconocimiento de élites políticas e intelectuales.
En una entrevista con la cadena televisiva Univisión y recogida por el diario “El Universal” de México, la mujer de 79 años conocida como “Mamá Rosa” aseguró que en los últimos años sus fuerzas disminuyeron por lo que ya no pudo vigilar ciertas cosas, en aparente referencia a los abusos perpetrados por algunos de sus colaboradores, según han asegurado autoridades federales.La semana pasada, la prensa internacional conoció el nombre de “Mamá Rosa” cuando policías federales apoyados por soldados entraron a su albergue llamado “La Gran Familia”, en el estado occidental de Michoacán, y anunciaron la liberación de 458 niños que dijeron eran obligados a mendigar y en algunos casos habrían sufrido abusos sexuales mientras vivían en el precario lugar.
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La mujer y varios colaboradores fueron detenidos, aunque luego la anciana fue liberada. La Procuraduría General de la República determinó que ella no podía enfrentar cargos penales debido a su avanzada edad y el estado mental que presenta.
Seis de sus trabajadores fueron acusados de secuestro y trata de personas, mientras la Procuraduría aún investiga las acusaciones de posibles abusos sexuales.
Verduzco presenta “síntomas característicos de trastornos de la senilidad” según el procurador general, Jesús Murillo, quien refirió que en diversos testimonios ha sido señalada como agresora física.
“Mamá Rosa” no lo negó e incluso lo consideró no sólo parte de la disciplina sino una muestra de cariño.
“¿Tú has oído el dicho 'si pegas no quieres'? No porque los corrigiera los iba a dañar”, dijo la mujer a la cadena mexicana. “También es parte importante de una línea afectiva”, añadió en una entrevista en la que dijo que ella es dura porque así se hizo en la vida.
Sin embargo, negó que hubiera una celda de castigo en el albergue de la ciudad de Zamora, como han afirmado las autoridades a partir de declaraciones de menores que llamaban al lugar “Pinocho”. Ella aseguró que “Pinocho” es una enfermería.
Al preguntarle si se arrepentía de algo, Verduzco dijo que todos tienen algo de lo cual arrepentirse. “Por ejemplo si yo les fallé con omisión de cuidados a los niños no sólo me arrepiento sino que me duele. Y les digo: perdónenme”, comentó.
La mujer también reconoció que a los padres que llevaban a sus niños al hogar les hacía firmar un contrato en el que aceptaban que “Mamá Rosa” se quedara con ellos hasta que cumplieran 18 años, la mayoría de edad en el país. Padres denunciaron a la Procuraduría que cuando años después pedían que se los devolviera, Verduzco se negó, algo que también reconoció y buscó justificar.
“Es más madre la que cría que la que engendra”, dijo.
La ancianda añadió que por su albergue pasaron cerca de 4.000 menores. Un lugar que según las autoridades, no volverá a operar.