El periodista nicaragüense Aníbal Toruño no titubea al hablar de los horrores del régimen de Daniel Ortega. Allanamientos, asedio, cateos y expropiaciones. Es una combinación que conoce bien. Los ataques en su contra fueron muchos, pero el peor ocurrió el 20 de abril del 2018. A las 6:30 p.m., una turba de encapuchados enviados por el oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional entró al edificio en el que funcionaba la veterana Radio Darío, en la ciudad de León. Regaron 20 galones de combustible por el techo y las paredes. Prendieron fuego usando un mortero y el infierno empezó.
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“La explosión se escuchó a 8 km”, dice Toruño a través del teléfono. El director y propietario de la radio se encontraba dentro del edificio, junto con su hijo, su sobrino y sus colaboradores más allegados, que estaban trabajando en el momento del atentado. Todos quedaron envueltos en llamas, sin poder salir, y por primera vez en su vida Toruño pensó que iba a morir.
El incendio devastó los estudios de Radio Darío e intensificó una persecución que llevó ese mismo año a Toruño al exilio. Regresó a su natal León en el 2019, pero la violencia y los atentados en su contra seguían ahí. Cuando volvió a salir de Nicaragua, en el 2021, su casa ya había sido allanada tres veces y las amenazas eran más graves. Recuerda que, prácticamente, salió del país bajo fuego, custodiado por el Ejército y la policía en el aeropuerto internacional. Dos o tres semanas después, el régimen detuvo a más de 200 presos políticos, que fueron liberados en febrero de este año, algunos después de haber pasado más de año y medio tras las rejas.
Toruño no fue apresado, pero dice vivir una especie de luto por lo que pasó con Radio Darío en Nicaragua. En el 2022, el régimen le quitó la licencia de esa y otras dos emisoras que tenía. También cerró sus cuentas bancarias y expropió sus propiedades, pero lo de la radio le duele más.
“Nicaragua es básicamente un desierto en cuanto a la prensa. Haga de cuenta de que hubo estación, que tuvimos bosques, medios, televisión, prensa, radio. Y de pronto queda muy poco de eso. En Nicaragua ya no existen medios independientes”, dice a El Comercio desde su casa en Miami.
- El país vive una crisis política y social desde abril del 2018, que creció tras las elecciones de noviembre del 2021, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo. Sus principales rivales estaban en prisión o en el exilio.
- El régimen ha retirado la nacionalidad a 317 nicaragüenses, entre ellos a escritores, obispos, militares, exfuncionarios y periodistas.
Un símbolo
Radio Darío fue fundada hace más de 74 años en León y, para Toruño, es un “símbolo de lucha”. Cuenta que su ciudad fue la primera capital de la revolución en 1980, donde se gestó el movimiento guerrillero del Frente Sandinista. El periodista, que enfatiza le debe a su padre su amor por la libertad de expresión, cree que esa es la razón por la que Ortega tiene una “atracción fatal” con Radio Darío, una emisora que, aunque tiene un valor simbólico importante, no era un medio predominante en el país.
“Hay personas en la oposición que son muy importantes, pero yo no soy de oposición, soy un hombre de medios de comunicación, soy un periodista. No debería de representar una amenaza tan grande como para que Ortega utilice la fuerza de un Estado para tratar de eliminarme o matarme, confiscarme, ejecutar asedios y todos los robos que se han hecho en mi contra. No encuentro ninguna relación y, humildemente, me debato e intento entender por qué”, dice Torruño.
El ensañamiento no es reciente. Radio Darío ya había sido destruida en el 2008, en un contexto de elecciones municipales. Toruño cree que Ortega vio que el medio era culpable de la crítica internacional que se provocó tras los reportes de que él se había robado esos comicios. La emisora ha sido víctima de varias destrucciones desde que Ortega llegó al poder.
El periodista es parte de los cerca de 100 ciudadanos, entre los que hay comunicadores, representantes de la sociedad civil y empresarios a los que se les quitó la ciudadanía y nacionalizaron todos sus bienes, además de declararlos prófugos de la justicia. También es uno de los 22 comunicadores críticos de Ortega declarados recientemente “traidores a la patria”.
“Ortega dirige un régimen totalitario y utiliza algunas acciones estratégicas de los gobiernos o de los estados más letales que ha habido en la historia”.
Según un informe de la red regional Voces del Sur y la Fundación por la Libertad de Expresión y Democracia, al menos 208 comunicadores nicaragüenses se han marchado del país al exilio por razones de seguridad desde abril del 2018, cuando estallaron manifestaciones contra Ortega.
“Yo la catalogo como una campaña demencial, brutal, sin una dosis de razonamiento. Hay un desequilibrio de Daniel Ortega, por eso digo que es como una atracción fatal”, agrega el periodista.
Reinventarse
Pese al acoso, Toruño está decidido a seguir en el periodismo. Radicado en Miami, se alista para “reinventar” Radio Darío y ya trabaja en el lanzamiento de un medio multiplataforma bajo el nombre de Darío Medios. El contenido digital, se sumará a una unidad enfocada en productos audiovisuales, entre los que hay un noticiero, un área de documental y contenido en vivo.
Pero el proyecto que más le entusiasma es el retorno de lo que llama “la Radio Darío de los tiempos modernos”. Se trata de una emisora que funcionará a través del streaming y en la que se podrán ver las cabinas y que se complementará con varios podcasts. Sabe que el desafío de pasar de hacer solo radio a una plataforma multimedia es enorme, pero está convencido de intentarlo.
Dice una y otra vez que su vida es la radio, y su pasión, la defensa de la libertad de expresión, pero también la añoranza y la lucha por construir una Nicaragua democrática que tenga un futuro mejor.
“Por eso sigo tratando de luchar, generando resistencia, con todas las desventajas y retos. Tenemos que regresar, tenemos que retomar el rumbo de nuestra nación. Somos nicaragüenses; por más de que nos desnacionalicen, no nos pueden arrancar de la piel el ADN, nuestra herencia de gloria, y tenemos que regresar para seguir luchando por nuestra nación”, afirma.
Ricardo Trotti
Director ejecutivo de la Sociedad Interamericana de la Prensa (SIP)
- ¿Cómo definiría la campaña que Daniel Ortega ha realizado contra la prensa en Nicaragua? ¿En qué se ha convertido el periodismo en ese país bajo el régimen actual?
En la SIP venimos denunciando desde hace años la despiadada campaña del régimen contra medios y periodistas. Desde que Daniel Ortega asumió el poder en el 2007 y hasta el 2022, el régimen cerró 51 medios y decenas de noticieros en radio y televisión. Confiscó diarios y medios como “La Prensa”, “Confidencial” y 100% Noticias. Desde el 2018 hasta abril de este año, se tima que unos 185 periodistas han abandonado el país debido a las agresiones del régimen.
En febrero el régimen expulsó y despojó de nacionalidad a 222 presos políticos, entre ellos algunos periodistas. También despojó de la nacionalidad a otros periodistas que permanecen en el país y les expropió los bienes periodísticos y privados. El régimen ve enemigos donde quiere, hasta tiene como enemigo de la patria y detenido, desde abril, al periodista Víctor Ticay por el “delito” de haber transmitido un Facebook Live de una actividad en Semana Santa.
El ejercicio del periodismo dentro de Nicaragua se ha convertido en un peligro, un acto de riesgo que puede derivar en el encarcelamiento, el despojo de la ciudadanía y la expulsión del país. Nicaragua se ha convertido en un país despojado de las libertades de expresión y de prensa, sin legitimidad ni justicia.
- ¿Cuáles son los ataques más alarmantes que Ortega ha lanzado contra periodistas y medios de comunicación?
Para ejercer y darle un manto de legalidad a la represión a la prensa, el régimen dispuso la aprobación y reforma en poco tiempo de leyes anticonstitucionales y violatorias del derecho internacional, como la Ley de Regulación de Agentes Extranjeros, la Ley Especial de Ciberdelitos y la Ley de Defensa de los Derechos del Pueblo a la Independencia, la Soberanía y Autodeterminación para la Paz. Este último estatuto sirvió de argumento para reformar la Constitución y despojar de la nacionalidad nicaragüense a los infractores de esta disposición.
Consideramos muy grave que otros gobiernos de la región estén copiando la estrategia del régimen de Nicaragua de aprobar leyes o aplicar legislación existente de manera sesgada para amordazar las libertades de prensa y expresión. Estamos hablando de una legislación ilegítima.
- ¿Cuál es la forma que tienen los periodistas nicaragüenses de resistir a este punto?
Muchos de los periodistas forzados al exilio y de los medios clausurados, continúan publicando desde el exterior, particularmente desde Costa Rica y EE.UU. Los periodistas que aún permanecen en el país se han visto obligados a trabajar en la clandestinidad, con mucha discreción, ya que es la única forma de resistir en este momento el flagelo y la represión del régimen.
- ¿Ve alguna salida cercana a esta situación?
Es difícil hacer pronósticos sobre un régimen que está en forma constante cerrando sus fronteras y cercando el círculo de poder. Desde la SIP, de todos modos, seguimos apoyando a los y las valientes periodistas nicaragüenses. En abril del 2022 la SIP y otras 26 organizaciones nacionales e internacionales de prensa denunciamos la dictadura de Nicaragua y planteamos un plan de acción conjunto para trabajar en pos de una Nicaragua democrática.
En esa oportunidad se sugirió a los organismos multilaterales que condicionen el otorgamiento de créditos y de ayuda no humanitaria al régimen; se estableció el impulsar campañas de prensa y pedir a la ONU, OEA y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que abran espacios de debate para definir acciones que permitan restaurar la democracia y la plena vigencia de los derechos ciudadanos y de las libertades fundamentales, entre otras medidas.
La SIP está comprometida a seguir insistiendo ante la comunidad internacional para que la Unión Europea, Estados Unidos y otros países democráticos de América Latina condenen al régimen y tomen medidas adecuadas para neutralizar los ataques a los derechos humanos y las libertades individuales y sociales de todos los nicaragüenses.
- ¿Qué acciones se tomará en adelante?
Acabamos de regresar de una misión a Washington liderada por nuestro presidente Michael Greenspon. Ante la OEA y el BID hemos hablado sobre los puntos del plan de acción. Nuestro objetivo es continuar denunciando para que los periodistas y los medios de Nicaragua (los de adentro y los de afuera) no queden en el olvido. No hay peor cosa que Nicaragua deje de estar en la agenda pública. En los próximos días estaremos lanzando con Google un Laboratorio en materia de audiencias y monentización que ayudará a muchos medios de Nicaragua, dentro y fuera, y de Centroamérica a tener operaciones más eficientes y sostenibles.
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