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Los seis presos de la prisión estadounidense de Guantánamo que llegaron hace unos días como refugiados a Uruguay, abandonaron el jueves el Hospital Militar y ya se encuentran en su nuevo hogar.
La casa donde se encuentran los cuatro sirios, un tunecino y un palestino, tiene un amplio patio interno y está ubicada en la zona sur de Montevideo. Ahí han comenzado a comer cortes ovinos presentados de forma que respeta la tradición islámica y otros alimentos frecuentes en la dieta árabe.
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Una persona los está asistiendo en la preparación de comidas. Además, disponen de ediciones del Corán que fueron donadas por instituciones islámicas.
Ayer, varios de los liberados salieron a caminar durante unos 40 minutos la ciudad.
“Estamos muy felices de estar aquí”, dijo Ali al-Shaaban, uno de los ex reclusos.
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Su abogada, Michales Mone, habló con el diario The Guardian, y resaltó el buen trato que han recibido. También transmitió algunas palabras de Shabaan: “Estamos muy agredecidos con el presidente Mujica por todo lo que él ha hecho”, expresó.
Además, el ex recluso sirio de 32 años dijo: “No quiero decepcionar a Mujica” y resaltó que “desea vivir una vida normal en Uruguay y volver a estudiar”.
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La abogada dijo que quienes recibieron a los seis hombres en Uuguay se aseguraron de que no usaran los grilletes con los que viajaron y que dieran su primer paso en suelo uruguayo como hombres libres.
Cori Crider, la abogada de Abu Wa’el Dhiab , un ex recluso de 43 años que realizó huelga de hambre —y el que en peores condiciones de salud se encuentra—, dijo que a él le costaba creer que sería liberado hasta el momento en que subió al avión.
Crider señaló que le va a tomar algún tiempo recuperarse debido a la huelga que realizó, pues está extremadamente delgado, enfermo, y aún utiliza una silla de ruedas.
Dijo que “es sorprendente” el buen trato, tanto del gobierno como de la gente en las calles, “es algo que nunca me pasó en los diez años que llevo haciendo esto”.
Fuente: GDA/ El País