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Montevideo. Cuatro ambulancias acompañadas de una docena de vehículos, trasladaron a los presos que llegaron el domingo de la cárcel estadounidense de Guantánamo a Uruguay, a dos centros hospitalarios de Montevideo.
Habían esperado a los hasta ahora seis presos, cuatro sirios, un tunecino y un palestino, el canciller uruguayo en funciones, Luis Porto, y funcionarios de los ministerios del Interior y de Salud Pública. Los liberados habrían hecho el viaje esposados.
Terminaba así una saga que comenzó cuando en enero de 2014 llegó totalmente en secreto a Montevideo, Clifford Sloan, un abogado egresado de la Universidad de Harvard, a quien el presidente de Estados Unidos, Barack Obama nombró en 2013 para que se hiciera cargo de la difícil tarea de negociar con países que estuvieran dispuestos a recibir a los cautivos.
Y aún antes de la llegada de Sloan, la buena relación entre el presidente uruguayo, José Mujica, y el vicepresidente estadounidense Joseph Biden había generado un buen ambiente para que Uruguay hiciera el favor que Estados Unidos estaba pidiendo.
Mujica no demoró en aceptar y divulgó en marzo su intención de que se recibiera a los presos. Los seis estaban en Guantánamo desde el 2002 sin haber sido juzgados y a partir de marzo comenzaron a tomar lecciones de español.
Antes habían sido visitados por personas de extrema confianza del presidente Mujica. Durante la campaña electoral, la transferencia quedó en suspenso porque Mujica prefirió esperar el desenlace del balotaje, ya que el candidato opositor Luis Lacalle Pou se oponía a la llegada de los presos.
Con la llegadad de los presos el domingo, Mujica ayudó al gobierno de Obama a dar otro paso para cerrar una prisión que prometió clausurar en el 2009. Ahora quedan allí 136 presos, de los cuales Estados Unidos considera que hay 67 que podrían ser liberados ya.
Es la primera vez que llegan a Sudamérica liberados de Guantánamo. En América Latina, El Salvador recibió dos y Bermuda, en el Caribe, acogió a cuatro. Chile rechazó que se le envíen presos y Colombia estudia el tema.
Pero Uruguay además será de los países que más cautivos recibe. A Albania fueron 11, a Bélgica uno, a Bermuda cuatro, a Bulgaria uno, a Cabo Verde uno, a El Salvador dos, a Francia dos, a Georgia seis, a Alemania dos, a Hungría uno, a Irlanda dos, a Letonia uno, a Palau seis, a Portugal dos, a Qatar cinco, a Eslovaquia ocho, a España tres y a Suiza tres.
La cancillería uruguaya mantuvo mutismo y emitió un comunicado en el que transcribe íntegra la carta abierta de Mujica a Obama de la semana pasada en la que dio las razones de su decisión.
AGRADECIMIENTOS
Estados Unidos de inmediato tuvo palabras de agradecimiento ante el gesto de fuerte amistad que supuso la decisión de Mujica de ayudarlo a avanzar hacia el cierre de la prisión de Guantánamo. Esta fue mandada construir por el ex presidente George Bush para recibir a presuntos terroristas islamistas tras los ataques del 11 de septiembre de 2001.
El Departamento de Defensa emitió un comunicado en el que señala que “Estados Unidos agradece al gobierno de Uruguay su voluntad de apoyar los esfuerzos de Estados Unidos para cerrar el Centro de Detención de la Bahía de Guantánamo (...) Estados Unidos coordinó con el gobierno de Uruguay para garantizar que esta transferencia se realizara de acuerdo con las medidas de seguridad y humanidad apropiadas”.
También el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, en un comunicado elogió la actitud de Mujica y del presidente electo Tabaré Vázquez. “Ojalá este paso de Uruguay abra paso a contribuciones similares de países del hemisferio”, señaló.
Y la organización Human Rights Watch sostuvo que “la transferencia de seis detenidos a Uruguay es un importante paso hacia la terminación de la injusticia de larga data de mantener personas indefinidamente sin cargos en Guantánamo”, dijo Laura Pitter, integrante de la organización.
Los recién llegados recibirán un documento de identidad transitorio. Tienen algunas ofertas para trabajar en la construcción y en tareas rurales.
Mujica ha asegurado que llegarán en condición de refugiados y por lo tanto podrían irse de Uruguay al día siguiente de llegar si así lo quisieran. El gobierno no aceptó el pedido de Estados Unidos de limitar la libertad de movimiento de los liberados, dijo el mandatario.
Fuente: El País, Uruguay/ GDA