Santiago de Chile. Javier Iturriaga del Campo, el general del Ejército de Chile nombrado por el presidente Sebastián Piñera para comandar el estado de emergencia en Santiago, contradijo la mañana del lunes al mandatario, quien la noche del domingo había dicho que enfrentaba una guerra con un enemigo poderoso e implacable.
“Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable, que no respeta a nada ni a nadie y que está dispuesto a usar la violencia y la delincuencia sin ningún límite, que está dispuesto a quemar nuestros hospitales, el metro, los supermercados, con el único propósito de producir el mayor daño posible”, manifestó Piñera en un mensaje a la nación.
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Esta mañana, Iturriaga entregó su informe sobre el toque de queda y fue interrogado por los periodistas sobre las palabras del presidente.
“Mire, yo soy un hombre feliz y la verdad es que no estoy en guerra con nadie”, respondió.
En otro momento, Iturriaga indicó que están atentos a lo que sucede en Santiago de Chile para actuar en caso se generen nuevos focos de violencia.
“Estamos muy conformes con lo que hemos visto. Ha sido un despertar lento de la ciudad, en calma, en paz, lo que nos tiene por supuesto muy tranquilos, pero al mismo tiempo muy alertas para solucionar cualquier inconveniente que pudieran provocar algunos desadaptados”, expresó en diálogo con los medios de comunicación.
“Somos conscientes de la que la ciudad está partiendo lentamente y tenemos todas las fuerzas necesarias para prever cualquier situación de riesgo o algún desmán que pudieran producir durante la mañana”, agregó.
Los disturbios en la capital de Chile comenzaron el pasado viernes cuando violentos manifestantes, la mayoría de ellos estudiantes, protestaron al interior de las estaciones en contra del alza de la tarifa del metro de 800 a 830 pesos (1,7 dólares) medida que el presidente chileno, Sebastián Piñera, canceló ante el recrudecimiento de las protestas que han dejado once muertos (datos oficiales) y unos 1.500 detenidos.
El presidente de Metro, Louis de Grange, estimó que el daño económico por los incendios y destrozos en 78 estaciones ascendería a 300 millones de dólares.