“Creyeron que nos iban a callar”, decía el primer editorial del diario venezolano “Tal Cual”, en abril del año 2000.
Se titulaba “Hola Hugo”, en un sarcástico saludo del editor, Teodoro Petkoff, al entonces presidente, Hugo Chávez, quien se presumía estaba detrás de la reciente salida del periodista de su trabajo anterior, la dirección de El Mundo, entonces el vespertino más importante de Caracas.
Este viernes, casi 15 años después, “Tal Cual” dejará de ser el matutino (antes era vespertino) que prácticamente todos los días criticó a Chávez y a su sucesor, el presidente Nicolás Maduro.
La crisis económica, una seguidilla de onerosas demandas ante la justicia y la construcción de la llamada hegemonía comunicacional del gobierno han afectado a “Tal Cual”.La portada de la última edición diaria de Tal Cual.
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“Pero no es que nos estén cerrando”, advierte Petkoff a BBC Mundo. “Es que década y media de multas y presiones de todo tipo se han reflejado en la viabilidad económica del periódico”, que ahora pasa a ser una publicación en internet que también circulará impresa los domingos.
“Para mí es más un repliegue”, dice el jefe de redacción, Xabier Coscojuela. “O cerrábamos o reducíamos las operaciones con la esperanza de que la situación del país mejore”.
Y escogieron la segunda opción. Porque, dicen, “hay esperanza”.El primer editorial de Tal Cual.
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EL HIJO DE TEODORO“Tal Cual” es como un bicho raro: descrito como abiertamente de izquierda, es el único periódico que desde el principio fue un férreo crítico del gobierno chavista.
Pero también ha fustigado algunas de las iniciativas más vehementes de la oposición para afrontar al chavismo: el paro petrolero de 2003, el boicot a las elecciones en 2005 y las protestas que buscaban la renuncia de Maduro en 2014, entre otros.
Y eso le costó muchos lectores, reconocen los directivos.
De sus ocho hijos, contando el diario, “Tal Cual” es el que más se parece a Petkoff.
“Al ser mi creación, lo que está pasando me causa pesar”, dice, con una voz que a duras penas se oye durante una entrevista telefónica con BBC Mundo.
“Estoy en cama, no los puedo atender personalmente”, explica el hombre de 83 años de edad.
Hijo de una familia de inmigrantes búlgaros y polacos, Petkoff participó como activista universitario en el derrocamiento del gobierno militar de Marcos Pérez Jiménez, en 1958.
Estudiaba medicina, pero se graduó de economista.
Y terminó de periodista de opinión, la profesión que, ha dicho, “nací para hacer”.Pompeyo Márquez es uno de los mejores amigos de Petkoff y cofundador de Tal Cual.
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LOS MEDIOS EN VENEZUELA“Tal Cual” tiene varios problemas.
La publicidad, en términos globales, se ha reducido en los medios impresos, pero en Venezuela la inflación y la recesión han exacerbado la tendencia, explica Coscojuela.
“La nacionalización de varias empresas que antes anunciaban implicó otra reducción de anunciantes, además de la presión que reciben del gobierno las compañías privadas para que no nos pauten”, dice.
“Tal Cual” ha recibido decenas de multas de los tribunales que han costado hasta US$100.000 en un par de casos.
La última demanda, el año pasado, la puso Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, por difamación en un artículo de opinión de un colaborador.
Y, mientras tanto, “Tal Cual” se ha ido quedando solo: la llamada hegemonía comunicacional ha crecido, a medida que medios que eran críticos del gobierno han cambiado su política editorial tras el cambio de dueños, como el caso de Globovisión o El Universal.
Hace unos meses “Tal Cual” estuvo a días de cerrar porque el Estado no le había asignado las divisas para importar papel periódico.
“Ya es demasiado obvio interpretar este repliegue como una un paso más del avance de la hegemonía comunicacional del gobierno”, dice Coscojuela.
Según Yosselyn Torres, actual redactora de política, “muchos de los compañeros piensan no poner a “Tal Cual” en su hoja de vida por la situación de los medios actualmente en Venezuela”.
Algunos de ellos consideran que haber pasado por “Tal Cual” puede perjudicar sus posibilidades de empleo en un mercado dominado por los medios oficiales y donde los privados son cada vez más cautelosos en su crítica del gobierno.Un sentado típico de Teodoro.
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GUERRILLERO, COMUNISTA, PRISIONEROTras la demanda de Cabello, Teodoro Petkoff se vio obligado a ir una vez por semana a los tribunales.
Desde que está enfermo, va una vez al mes.
Petkoff ha estado tres veces en la cárcel, y en dos de ellas se escapó: una por la ventana de la enfermería a la que llegó por tomarse unas cápsulas de sangre de vaca y otra a través de un túnel.
Después de estar en la guerrilla en los 60, formó el Movimiento al Socialismo (MAS), un partido socialdemócrata con el que fue candidato a la presidencia en 1983 y 1988 y a la alcaldía de Caracas en 1992. Sin éxito.
En 1996, entró al gobierno de centroderecha de Rafael Caldera, con el que encabezó un duro ajuste de la economía, desde el ministerio de Planificación.
Y, en 1998, cuando el MAS apoyó a Chávez en las presidenciales, Petkoff renunció a las filas de su partido.
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“Nos vemos en la bajadita”, les dijo quienes se quedaron como quien anticipa una crisis.
“EQUIDISTANCIA BELIGERANTE”Así habla Petkoff: “claro y raspao”, que es además el lema del periódico.
Hacemos –dicen los redactores, apiñados en una vieja y fría oficina en el este de Caracas– “periodismo interpretativo, periodismo de autor”.
“El periodismo de “Tal Cual”, o el teodorismo, se puede definir como una equidistancia beligerante”, dice el escritor Ibsen Martínez, colaborador del diario desde el principio.Xabier Coscojuela y Omar Pineda, jefe de redacción y edior de la página web.
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Hay periodistas en la redacción de “Tal Cual” que, se ve a leguas, lleven la misma ropa de varios días. “Iguales a Teodoro”, coinciden varios de los conocedores. Aunque, añaden, él es el único que no se pone medias.
““Tal Cual” es una especie de comuna”, dice Maye Primera, una de las periodistas fundadoras. “Cada mañana Teodoro –le decíamos ”Teo“– leía en voz alta el editorial del día siguiente a todo el personal, y preguntaba opiniones sin discriminación”.
Hoy en día, el 70% de los trabajadores del diario ganan el salario mínimo, que de por sí es uno de los más bajos de América Latina.
De 50 trabajadores que hay ahora, solo quedarán 10 tras el cierre parcial.
“Pero no desaparecemos”, vuelve y advierte Petkoff, con una voz más alta.
“En tiempos como estos hay gente que se acobarda y hay gente que se envalentona”, asegura.
“Y nosotros no nos vamos a callar”.