Sao Paulo (DPA) Más de 300 operarios trabajan día y noche en el estadio Itaquerao de Sao Paulo, en el que el jueves se inaugurará el Mundial de fútbol de Brasil.
Los operarios aún soldaban butacas de plástico detrás de uno de los arcos o retiraban los plásticos de los amplios sillones en las salas VIP. En el estadio se veían aún infinidad de hierros y maderas.
“Es difícil construir un estadio. Hay más de 300 empleados por día trabajando las 24 horas para terminar las obras”, contó Oswaldo, supervisor de los trabajos en el Arena Corinthians.
El último partido de prueba que se hizo fue el 1 de junio, un encuentro entre Corinthians y Botáfogo en el que sólo estuvieron habilitadas parte de las tribunas. Estaba previsto que el estadio estuviera listo el 31 de diciembre del año pasado.