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Sao Paulo (EFE)
Los colegios electorales de Brasil abrieron hoy para los comicios en los que 142,8 millones de votantes regresarán a las urnas para elegir en segunda vuelta su presidente para los próximos cuatro años y 14 de los 27 gobernadores.
Los centros de votación instalados en el país abrieron a las 08.00 horas (05:00 a.m, hora peruana) y cerrarán las 17.00 horas (02:00 p.m, en Perú) aunque, por los diversos husos horarios que existen en el extenso territorio brasileño, el estado de Acre, en la frontera con Bolivia y Perú, será el último en cerrar, tres horas después.
A partir de ese momento podrán ser divulgados sondeos a pie de urna y también el Tribunal Superior Electoral tiene previsto comenzar a difundir sus primeros boletines con resultados oficiales.
Tras la primera vuelta del pasado 5 de octubre, los brasileños eligen hoy entre la presidenta y candidata a la reelección, Dilma Rousseff, y el líder opositor, Aécio Neves, que han protagonizado la campaña electoral más apretada e impredecible de las últimas décadas.
Según los sondeos divulgados ayer por Datafolha e Ibope, los dos institutos demoscópicos más prestigiosos del país, Rousseff supera entre cuatro y seis puntos porcentuales a Neves, aunque señalaron una caída en la intención de voto de la mandataria y una subida del líder opositor.
A pesar de mostrar a Rousseff por delante, Datafolha pronosticó un “empate técnico” entre ambos candidatos, debido al margen de error de dos puntos porcentuales. Está dualidad también fue apuntada por otra encuesta divulgada el sábado por la firma MDA, que, sin embargo, puso a Neves al frente de la carrera electoral.
Durante la jornada electoral, unos 15.000 militares se encargarán de velar por la seguridad en 280 municipios de 15 de los 27 estados de Brasil, considerados como vulnerables por las autoridades, frente a los 30.000 soldados que fueron movilizados en la primera vuelta.
En 89 de las 280 localidades en los que se autorizó la presencia militar, los soldados ofrecerán apoyo logístico, mientras que en los otros 191 municipios, entre ellos Río de Janeiro, los soldados tendrán la misión de reforzar la seguridad pública y garantizar la votación.
La presencia de soldados en Río de Janeiro tiene como objetivo evitar incidentes entre bandas de narcotraficantes, por lo que los cerca de 3.000 militares que actualmente ocupan las favelas del Complexo da Maré, un conjunto de barriadas que antes era dominado por bandas de pistoleros, también deberán garantizar la normalidad de las elecciones en sus áreas de operación.