El régimen de Daniel Ortega logró convertir la coronación de Sheynnis Palacios como Miss Universo 2023 en la ocasión propicia para mostrarle al mundo su cara más fea. La nicaragüense de 23 años no había terminado de procesar su histórica victoria -es la primera centroamericana en ganar el icónico certamen- cuando el gobierno de su país decidió que perseguir a los opositores, periodistas, artistas y sacerdotes no era suficiente y sumó a la lista de sus enemigos a Karen Celebertti, símbolo de los concursos de belleza en Nicaragua.
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Celebertti manejó la franquicia Miss Nicaragua durante 23 años y alcanzó la cumbre con la elección de Palacios como la más bella del mundo el 18 de noviembre en El Salvador. La hazaña se convirtió en pesadilla dos semanas después. La Policía de Nicaragua, que responde a los intereses de Ortega y de su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, allanó la casa de Celebertti y la acusó a ella; a su esposo, Martín Argüello, y a un hijo de ambos, Bernardo, de conspiración, crimen organizado y traición a la patria.
A Celebertti le prohibieron regresar a Nicaragua y se encuentra exiliada en México junto a su hija. Su madre, esposo e hijo sí pudieron volver, pero fueron detenidos poco después de pisar el país, un día después del certamen. La empresaria de los concursos anunció el último lunes su retiro de la organización Miss Nicaragua, sin aludir a las acciones del gobierno en su contra.
Según las autoridades, que no han mostrado pruebas, Celebertti y su familia cometieron delitos para alterar la paz e incitar al odio, la violencia, el terrorismo y el crimen organizado.
También acusaron a la organización del concurso en Nicaragua de utilizar la franquicia, plataformas “y espacios supuestamente dedicados a promover inocentes concursos de belleza, en una conspiración que ha trabajado orquestadamente para convertir los certámenes en trampas y emboscadas políticas, financiadas por agentes extranjeros”.
En las calles
Una de las razones de la arremetida del régimen contra Celebertti y su concurso fueron las expresiones masivas de júbilo vistas en las calles tras el triunfo de Palacios, pese a que en Nicaragua rige una prohibición de manifestarse en la vía pública desde las protestas antigubernamentales de abril del 2018 que dejaron más de 300 muertos y que Ortega calificó de intento de golpe de Estado apoyado por EE.UU.
Las autoridades dicen que la ahora exdirectora de Miss Nicaragua y su familia apoyaron aquellas protestas y tenían planificado tomar “nuevamente las calles” en diciembre de este año.
Aunque el régimen festejó inicialmente el triunfo de Palacios y hasta visitó a su familia, luego acusó a la oposición de usar el logro a su favor debido a que la joven participó en las manifestaciones del 2018, lo que ya la había puesto en la mira del sandinismo desde que ganó el Miss Nicaragua. Fotos de la reina levantando la bandera de su país en las marchas se han vuelto a difundir en las últimas semanas.
Palacios nació en el seno de una familia humilde de Diriamba, en el occidental departamento de Carazo y estudió Comunicación Social en la jesuita Universidad Centroamericana (UCA), confiscada en agosto pasado por el gobierno, al calificarla como “centro de terrorismo”.
Al anunciar su retiro, Celebertti destacó que “el Miss Nicaragua creció siempre limpio de arraigos políticos” y que la corona de Sheynnis Palacios es “un logro de cada nicaragüense sin distinción política alguna”.
Respaldo
Los opositores y la prensa nicaragüenses en el exilio han cerrado filas a favor de Celebertti. La reina también le ha expresado su respaldo: “Gracias, doña Karen Celebertti, por todo el tiempo que trabajamos juntas (…) El amor por nuestro país brilla en todo lo que hace y no puedo esperar a ver lo que sigue en tu camino “, escribió Palacios en sus redes sociales.
La Organización Miss Universo pidió al gobierno de Nicaragua que “garantice” la seguridad de los afiliados al concurso local del certamen y Anne Jakrajutatip, dueña del concurso, dijo estar “muy orgullosa” del trabajo de Celebertti y le deseó que su esposo y su hijo se “mantengan fuertes”.
Se desconoce lo que sigue para la familia Celebertti. La prensa local señala que el próximo objetivo del orteguismo será adueñarse de la franquicia de Miss Universo en el país para seguir en su estrategia de querer controlarlo todo en Nicaragua.
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