Era un orador que muchas veces antecedía a Fidel Castro.
En la época de la llamada “batalla de ideas”, iniciativa impulsada por el entonces presidente cubano a principios de siglo, el joven Hassan Pérez era uno de los rostros más visibles.
Su encendida manera de dar discursos y su edad le valieron espacios privilegiados en los actos oficiales de la isla y una notoriedad pocas veces vista para los jóvenes.
Tan radicales sonaban sus intervenciones que en La Habana comenzaron a decirle el “talibán cubano”.
Eso fue en su época de dirigente de las juventudes comunistas de su país, en los últimos años del siglo pasado y los primeros del presente.
Pérez nunca desentonó con la Revolución Cubana, pero perdió algo de visibilidad con el paso del tiempo y su llegada a la adultez.
Sin embargo, con 41 años, recuperó protagonismo de manera sorpresiva hace un par de semanas en un lugar inesperado.
Evo Morales, presidente de Bolivia, celebró un libro que escribió y lo acompañó en el acto de presentación de ese texto en La Paz.
Además, el “talibán cubano” brindó un curso a la Unidad de Seguridad Presidencial, un grupo de élite de militares bolivianos, sobre la injerencia de Estados Unidos en América Latina.
Hassan Pérez lució su conocida oratoria antiimperialista en el flamante palacio de gobierno que tiene Bolivia como en sus mejores años de líder de los jóvenes comunistas cubanos y consentido de Fidel Castro.
El título del libro que lo devolvió a la notoriedad es “El dedo en la llaga: breve aproximación a la injerencia de Estados Unidos en América Latina y el Caribe desde la geopolítica y la seguridad nacional (1945-2019)” y fue publicado por el gobierno boliviano.
De repente en La Paz
Evo Morales quedó tan satisfecho con el libro de Pérez que lo señaló entre los cuatro libros imprescindibles para enseñar “doctrina nacionalista” entre las fuerzas de seguridad de su país, junto a “Las venas abiertas de América Latina”, de Eduardo Galeano, y dos títulos locales.
“Estas lecturas son para que nazca un profundo sentimiento por nuestra querida Bolivia”, afirmó el presidente.
Durante la presentación del texto del ex dirigente estudiantil cubano, el mandatario boliviano dijo que el “gran aporte” de Pérez permite “debatir para seguir mejorando la liberación democrática, cultural y social”.
¿Cómo pasó Hassan Pérez de ser ese enardecido joven que gritaba vivas a la Revolución Cubana al actual historiador cuyo libro ahora es uno de los títulos de cabecera del presidente de Bolivia?
Yoel Cordoví, presidente del Instituto de Historia de Cuba y quien conoce a Pérez, considera que el exlíder universitario ahora es un “historiador serio y maduro” y con “mucha capacidad por convertirse en un notable intelectual cubano”.
“Desde la época de estudiante tuvo un papel importante en la vida política del país. Es una persona trabajadora, seria y un académico que ahora trabaja mucho”, señala el profesor universitario.
Cordoví añade que Cuba es uno de los países que más énfasis hizo en el estudio de la injerencia estadounidense en América Latina y que Hassan Pérez es un producto de esa escuela de pensamiento que ya tiene décadas de desarrollo.
Cursos a militares
No es muy conocido que después de su paso por la Universidad de La Habana, Pérez obtuvo posgrados en seguridad en un instituto militar, el Colegio de Defensa Nacional.
En el 2008, mientras se desempeñaba como diputado, comenzó a brindar cursos de formación a miembros de las fuerzas armadas de su país.
Toda esa época es la menos conocida del “talibán”, que en sus años de universitario era fácilmente reconocido en la calle.
Con esa experiencia encima es que aterriza en La Paz entre el 2018 y 2019 para asesorar a nada menos que la guardia presidencial de Bolivia.
“No hablo de política, hablo de temas históricos, pero es inevitable tocar temas de política, pero lo hago con mucho respeto. No incursiono en ninguna discusión, ni me entrometo en temas internos”, afirmó Pérez en una entrevista con el diario boliviano El Deber.
El cubano añade que los cursos que dictó no solo fueron brindados a militares, sino que participaron miembros de otras instituciones civiles.
“Pongo sobre la mesa con argumentos, conocimiento y respeto los hechos que con suficiente elocuencia nos enseña la historia”, añade el ex dirigente.
BBC Mundo contactó con la Escuela de Gestión Pública de Bolivia, organizadora de los talleres, sin embargo, no recibió respuesta a las solicitudes de entrevista con su director, Iván Iporre, durante una semana.
El ministerio de la Presidencia, entidad también organizadora del curso brindado por Pérez, destacó en su página web “estas cátedras son muy importantes para reflexionar sobre el fenómeno de las formas de dominio y hegemonía de la historia del mundo a partir de las estrategias del imperio norteamericano”.
Al taller del cubano asistieron 120 personas y fue clausurado por el ministro boliviano Juan Ramón Quintana.
“Este conocimiento no solo puede ser un atributo del personal de la Unidad de Seguridad Presidencial, sino de todos porque la defensa de la patria nos compromete a todos”, dijo la autoridad en aquella oportunidad.
La influencia cubana
Incluso antes de que Evo Morales llegue a la presidencia, sus adversarios políticos lo acusaban de estar bajo el influjo de Cuba.
El mandatario boliviano jamás ocultó sus simpatías por el castrismo y declaró cada vez que pudo su respaldo al gobierno de La Habana.
Por ello, la aparición del “talibán cubano” en La Paz no sorprendió al país, pero sí generó susceptibilidades.
El experto en asuntos militares Samuel Montaño afirmó que dentro de la tropa debe existir malestar por episodios como este, en el que queda en evidencia la mano de la isla.
“Tiene que haber molestia en la parte militar, porque se siente como una imposición de parte de Cuba”, señala el analista.
Montaño añade que las fuerzas armadas bolivianas ya aceptaron “a regañadientes” gritar el emblemático lema cubano de “Patria o muerte” en sus desfiles y esta es una nueva imposición que se produce.
El experto, sin embargo, señala que anteriores gobiernos también recibieron asesoramientos similares de Estados Unidos y otros países.
El 13 de marzo, frente a ministros, congresistas, militares y demás miembros de la élite gobernante de Bolivia, Hassan Pérez mostró que no perdió la capacidad de clamar encendidos discursos.
“Esta es una tierra soberana, libre e independiente”, gritó el “talibán”, con inconfundible acento cubano ante Evo Morales.
El aplauso no vino esta vez desde la emblemática Tribuna Antiimperialista cubana o de la escalinata de la Universidad de La Habana, sino de la sede del poder en Bolivia.