El megaproyecto del Tren Maya que quiere llevar a cabo el próximo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, más conocido como AMLO, carece de estudio de impacto ambiental, confirmó a Efe la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
La falta de este análisis sobre las posibles repercusiones medioambientales impediría el inicio de la construcción en la fecha anunciada, el próximo 16 de diciembre, pues la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA) no ha recibido ninguna solicitud por parte del equipo de transición del izquierdista.
Ayer, luego de la presentación del libro “Parque Nacional Revillagigedo: Refugio de Gigantes”, el titular de la Semarnat, Rafael Pacchiano, indicó que, en caso de que las obras comenzasen en diciembre, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) tendría que emitir una sanción y clausurar los trabajos.
Asimismo, aseguró que esta intervención de la Profepa se aplica a “cualquier obra que sea sujeta por ley a la presentación de una manifestación de impacto ambiental o de cambio de uso de suelo forestal”.
Pacchiano recordó también que los plazos que establece la ley son de 60 días para evaluar una manifestación de impacto ambiental, prorrogables a 120 días en caso de que se requieran estudios adicionales.
Aunque solo falta un mes para la fecha anunciada del inicio de las obras del proyecto, AMLO, quien asumirá la Presidencia el 1 de diciembre, aseguró recientemente que la viabilidad de los trabajos será sometida a consulta ciudadana en los 32 estados del país los próximos días 24 y 25 de noviembre.
Esta nueva consulta no deja de arrojar la sombra de la duda sembrada por las irregularidades de la consulta anterior, la de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM).
En aquel referendo sin ningún tipo de respaldo legal celebrado del 25 al 28 de octubre, la falta de control en las casillas permitió a los ciudadanos votar más de una vez.
Finalmente, se impuso el “No” al aeropuerto, obra que, según numerosos investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), producía un impacto nocivo al ecosistema del Lago de Texcoco, un espacio fundamental para las aves migratorias. Fuente: EFE