Escuinapa. Una parte de la caravana de migrantes centroamericanos llegó a la frontera de Mexico con Estados Unidos, mientras la gran mayoría avanza hacia la frontera dividiéndose en grupos más pequeños a medida que autobuses y camiones le permiten recorrer largas distancias en un día. Pero cientos han quedado rezagados en el estado de Sinaloa.
Unos 357 migrantes arribaron a la ciudad fronteriza de Tijuana a bordo de nueve autobuses. El jefe de servicios para migrantes de Tijuana, César Palencia Chávez, dijo que tras la llegada el grupo se dirigió inmediatamente a la frontera para celebrar.
Inicialmente los migrantes rechazaron la oferta de las autoridades de llevarlos a refugios argumentando que querían permanecer juntos, pero poco después aceptaron alojarse en albergues en grupos de 30 o 40 personas.
El gobierno de Estados Unidos advirtió el martes que trabaja para “reforzar” el cruce de la frontera en Tijuana para prepararse para la llegada de la caravana.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza anunció que cerrará cuatro carriles en los concurridos puertos de entrada de San Ysidro y Otay Mesa en San Diego, California. Agregó que los cierres son necesarios para instalar equipos de infraestructura para reforzar los “puertos en preparación para la caravana de migrantes y el riesgo potencial de seguridad y protección que podría causar“.
Eso aún deja un camino importante para las decenas de miles de personas que cruzan diariamente: 23 carriles permanecen abiertos en San Ysidro y 12 en Otay Mesa.
San Ysidro es el cruce más transitado de la frontera, con aproximadamente 110.000 personas que ingresan a Estados Unidos a diario. Ese tráfico incluye unos 40.000 vehículos, 34.000 peatones y entre 150 y 200 autobuses.
Mientras tanto, el grueso de la caravana permanecía el miércoles en Escuinapa, en el estado de Sinaloa.
La mayoría parece tener la intención de tomar la ruta de la costa del Pacífico hasta Tijuana, que aún se encuentra a aproximadamente 1.800 kilómetros de distancia.
En un principio la caravana hacía en promedio un recorrido de unos 50 kilómetros por día, pero los migrantes ahora cubren distancias diarias de unos 300 kilómetros o más en parte porque confían en hacer dedo en lugar de caminar.
Durante la travesía los migrantes se han subido a diferentes tipos de vehículos para acortar su marcha: algunos se han apilado cuatro niveles por encima de un camión destinado a cerdos, otros se han trasladado en uno que transportaba ataúdes y varios se metieron en un camión con jaulas estrechas utilizadas para el transporte de pollos.
Muchos, especialmente los hombres, viajan en remolques utilizados para transportar acero y automóviles o suben a los contenedores de carga de vehículos de 18 ruedas y van con una de las puertas traseras abiertas para recibir algo de aire.
La práctica no está exenta de peligros. Un hondureño murió al caer de un camión en el estado mexicano de Chiapas.
Una segunda caravana más pequeña comenzó a llegar a la Ciudad de México el lunes. Para el martes, más de 1.000 migrantes se habían establecido en un campamento en el mismo complejo deportivo de la capital mexicana desde donde la caravana más grande salió el sábado. Una tercera caravana se dirige hacia la capital.
Las caravanas se convirtieron en un tema de campaña en las recientes elecciones de medio término en Estados Unidos y el presidente Donald Trump ordenó el despliegue de más de 5.000 soldados a la frontera.
La mayoría de los migrantes huyen de la pobreza, la violencia de las pandillas y la inestabilidad política principalmente en Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua.
México informó que otorgó 2.697 visas temporales a individuos y familias y alrededor de 533 migrantes solicitaron un regreso voluntario a sus países.
Fuente: AP