La mayoría los rehenes de Hamás fueron retenidos en túneles, mientras que otros estaban cautivos en casas< y edificios, donde temieron ser bombardeados. A medida que los rehenes israelíes y de otras nacionalidades son liberados y regresan a casa, se van conociendo detalles de cómo pasaban sus días secuestrados en Gaza desde el pasado 7 de octubre.
Dormían en sillas de plástico, comían pan y arroz y para poder ir al baño debían esperar varias horas. Así resume la agencia AP el cautiverio, basada en los testimonios de quienes han hablado a través de sus familiares.
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Para este lunes está previsto el cuatro intercambio de rehenes en manos del grupo islamista Hamás por presos palestinos en cárceles de Israel.
En tres días, Hamás ha transferido a la Cruz Roja 39 rehenes israelíes como parte del acuerdo con el Ejecutivo israelí, además de otras 19 personas no incluidas en el pacto, de las cuales 17 son tailandesas, una filipina y un ruso-israelí.
Por su parte, Israel excarceló a un total de 117 mujeres y niños palestinos en cumplimiento del acuerdo, que prevé la liberación de un total de 50 rehenes israelíes a cambio de 150 presos palestinos durante los cuatro días de esta tregua.
Escapó del secuestro, pero fue devuelto a Hamás
Uno de los rehenes que habló de su cautiverio, a través de sus familiares, es el ruso-israelí Ron Krivoi, de 25 años, que fue liberado pese a que no estaba en el rango de edad de los escogidos para el intercambio. Según Hamás, lo dejó libre como un gesto de reconocimiento al presidente Vladimir Putin y a “la posición rusa de apoyo a la causa palestina”.
El 7 de octubre, Krivoi trabajaba en el equipo de sonido del multitudinario Festival Nova, que se realizaba cerca de la frontera con Gaza. Sobrevivió a la masacre perpetrada por Hamás en la fiesta, pero fue secuestrado, pese a que se había escondido en unos arbustos.
La tía de Krivoi, Yelena Magid, reveló en una entrevista a la prensa israelí que sus captores lo retenían en un edificio en Gaza que colapsó debido a los bombardeos israelíes. En esa acción murieron varios islamistas de Hamás, dijo.
“Tras el colapso del edificio, Roni logró escapar y durante cuatro días estuvo solo y escondido. Intentó huir y llegar a la frontera, pero, sin medios para saber dónde estaba, no lo consiguió... Al final, los gazatíes lo capturaron y lo llevaron de nuevo a manos de los terroristas”, explicó.
La tía dijo que le preguntó si tiene pesadillas: “Me contestó que sí, pero que eso es bueno porque significa que está sobrellevando la situación”.
"Sigue susurrando al hablar"
Hila Rotem, de 13 años, fue secuestrada junto con su madre, Raya, quien sigue en cautiverio mientras que la niña ya está en libertad.
Su tío Yair reveló que Hila les contó que estaba con su madre en el mismo lugar en la Franja de Gaza hasta dos días antes de su puesta en libertad y que se encontraba bien.
El acuerdo de liberación de rehenes a cambio de presos palestinos estipula que los padres no pueden ser separados de sus hijos, que deben ser liberados juntos, pero Hamás ha dicho que no tiene localizada a Raya para poder entregarla.
Yair agregó que le tuvo que recordar a la niña de manera frecuente que ya no tenía que susurrar.
“Siempre les dijeron que hablaran en voz baja y se mantuvieran en silencio, así que le dije una y otra vez que podía alzar la voz”, contó Rotem. Añadió que Hila, quien celebrará su cumpleaños 13 el lunes, durmió bien durante su primera noche de regreso en Israel y que tenía buen apetito.
Comían pan y arroz y dormían en sillas de plástico
Merav Raviv, cuyos tres familiares fueron liberados por Hamás el viernes, dijo a The New York Times que recibían alimento de forma irregular y que principalmente comieron arroz y pan. Señaló que su prima y su tía, Keren (54) y Ruth Munder (78), perdieron cada una alrededor de siete kilos en 50 días.
Agregó que sus familiares le contaron que tuvieron que dormir en sillas de plástico acomodadas en una habitación que lucía como una recepción. En ocasiones tenían que esperar varias horas para poder ir al baño.
Contaba sus días en cautiverio
Adva Adar, nieta de Yaffa Adar, una rehén liberada de 85 años, dijo que su abuela también había perdido peso. “Contaba los días de su cautiverio”, relató. “Regresó y dijo: ‘sé que he estado allá por 50 días’”.
Los familiares de Yaffa Adar sobrevivieron al ataque de Hamás, pero su casa fue saqueada.
Estuvo en túneles que se extendían “como una telaraña”
Yocheved Lipschitz, una rehén de 85 años que fue liberada antes de la tregua, contó cómo fue su cautiverio. Dijo que había sido retenida en túneles que se extendían “como una telaraña” por debajo de Gaza. Narró que sus captores “nos dijeron que eran personas que creían en el Corán y no nos lastimarían”.
Agregó que a los rehenes se les trató bien y recibieron atención médica, incluidos medicamentos.
Los guardias mantenían limpio el lugar donde estaban, relató Lipschitz. A los cautivos se les daba una comida diaria con queso, pepino y pita, contó, y añadió que sus captores comían lo mismo que ellos.
“Tuvo que adaptarse a la luz del sol”
Eyal Nouri, sobrino de Adina Moshe, de 72 años y que fue liberada el viernes, dijo que su tía “tuvo que adaptarse a la luz del sol” debido a que pasó varias semanas en la oscuridad, de acuerdo con AP.
“Estaba en una oscuridad absoluta”, comentó Nouri. “Caminaba viendo al suelo porque estaba en un túnel. No estaba acostumbrada a la luz del día. Y durante su cautiverio, estuvo desconectada de todo el mundo exterior”.
Cuando salió, se enteró de la noticia de que su esposo había sido asesinado por los milicianos y que la familia de su hijo había sobrevivido de milagro.
Internada en estado crítico
Al menos dos de los rehenes liberados han necesitado una mayor atención médica. Una de ellas es Alma Abraham, de 84 años, que fue trasladada en estado crítico al Centro Médico Soroka de Israel, en la ciudad de Beerseba, indicó AP.
“Mi madre fue descuidada gravemente desde el punto de vista sanitario durante toda su estancia allí, en pésimas condiciones. No recibió los medicamentos vitales para ella. Si hubiera vuelto unas horas más tarde, ya no estaría con nosotros”, declaró su hija Tal Amano.
“Hicimos lo inimaginable para que pudiera recibir medicinas. Mi hermano se reunió con un representante de la Cruz Roja Internacional para darle las medicinas pero le contestaron que no podían recibirlas”, añadió.
El director del hospital dijo que la mujer tenía un padecimiento previo que no había sido atendido de forma adecuada durante su cautiverio.
Otra joven rehén, identificada como Maya Regev, de 21 años, apareció en muletas durante un video que Hamás dio a conocer el sábado. La chica les hizo gestos a sus captores mientras entraba al vehículo de la Cruz Roja que la sacó del territorio palestino.
En los túneles Escuchaban el eco de los bombardeos
En cuanto a las condiciones de encierro, quienes experimentaron con mayor dureza el cautiverio fueron los que estaban en los túneles de Hamás. En esos lugares se podía escuchar el eco de los bombardeos israelíes.
“No se ducharon ni una sola vez y las condiciones eran durísimas”, dijo un periodista del Canal 13 de Israel tras escuchar a familiares de varios rehenes liberados.
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