Los rebeldes de ocho localidades del sur de Siria aceptaron el sábado entregar el control de sus regiones al régimen, en virtud de unos acuerdos negociados por Rusia, en tanto que los bombardeos mataron al menos 15 civiles, indicó una ONG.
Desde el 19 de junio, el régimen de Bashar al Asad y su aliado ruso llevan a cabo una mortífera campaña de bombardeos en el sur de Siria, en un intento por recuperar un área estratégica que colinda con Jordania y los Altos del Golán, ocupados en parte por Israel.
Este sábado al menos 15 civiles murieron en los bombardeos, elevando a 115 el balance de víctimas civiles desde el inicio de las hostilidades, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
En su reconquista de territorios rebeldes en este país en guerra, el régimen recurre a menudo a la misma estrategia: bombardea y aísla los bastiones insurgentes, antes de imponerles acuerdos llamados de “reconciliación”, que se asemejan más bien a una capitulación.
En virtud de estos acuerdos, los rebeldes que quieren permanecer en el lugar entregan las armas, y los que rehúsan vivir bajo el control del régimen son evacuados a zonas en poder de los insurgentes, en el norte del país.
“Al menos ocho localidades del este y el norte de (la provincia de) Deraa aceptaron acuerdos de 'reconciliación' (...)” indicó a AFP el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.
Tras la caída de las últimas localidades, las fuerzas del régimen controlan más de la mitad de la provincia de Deraa, frente al 30% antes del lanzamiento de la ofensiva, según el OSDH.
Entre esas localidades figuran las de Ibtaa, Al Karak oriental y Um al Walad. La policía militar rusa penetró en algunos sectores este sábado por la mañana, según esta ONG.
Recuperar Deraa, cuna de la contestación contra Bashar al Asad en 2011, sería una victoria simbólica y estratégica para el régimen. Pero la mitad de la provincia, incluida parte de su capital, sigue en manos de los rebeldes, que no quieren abandonar el combate.
Unos 750.000 civiles que viven en las zonas rebeldes del sur de Siria están amenazados por las operaciones del régimen, advirtió recientemente la ONU.
Además, desde hace una semana los combates y bombardeos aéreos concentrados en el este de la provincia de Deraa obligaron a huir a 45.000 habitantes, un éxodo sin precedentes en esta región desde el inicio de la guerra, según la ONU.
Jordania ya advirtió el martes por la noche que su país no podría acoger un nuevo flujo de refugiados.
En Jordania ya hay 650.000 refugiados sirios registrados por Naciones Unidas.
Todo ello hace temer una nueva crisis humanitaria. Son ya cinco los hospitales inutilizados en este sector meridional del país desde que se intensificara la ofensiva el 19 de junio, según el OSDH.
Fuente: AFP