Venezuela comenzó la semana con el anuncio del aumento del salario integral a 300.000 bolívares (150.000 bolívares, equivale a unos 7,6 dólares, más un bono de alimentación por el mismo monto), lo que, sin haber llegado a las manos de los ciudadanos, ya se convirtió en sinónimo de insuficiente, poco, escaso, pobre.
Entre los cinco productos de primera necesidad que se pueden comprar con el nuevo salario mínimo mensual de un trabajador se encuentra el arroz, el cual tiene un precio de 21.000 bolívares por kilo, aunque hay establecimientos que ya lo tenían por encima de los 40.000 bolívares, y una harina de maíz, que está en 24.500 bolívares.
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Si hablamos de productos avícolas, el picadillo de pollo está en 48.500 bolívares, mientras que el medio cartón de huevo cuesta 40.000 bolívares.
Con lo que resta del salario, el venezolano podrá comprar solo 250 gramos de queso duro, el cual se ubica en 58.000 bolívares.
En consecuencia, los 150.000 bolívares se convierten en sal y agua en las manos del ciudadano.
Con este monto ni imaginar que se puedan cubrir las necesidades básicas como vestido, vivienda y mucho menos un momento de esparcimiento.
Confusión e incertidumbre
El anuncio del aumento de sueldo lo dio a conocer el constituyente Francisco Torrealba en Twitter. Sin embargo, generó gran incertidumbre y desconfianza al compartir la fotografía de la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela número 41681, con fecha del 26 de julio.
Ante la confusión, aclaró que se trataba de una imagen referencial y que en la Gaceta Oficial de este lunes saldrá el decreto.
En menos de un año, el régimen de Nicolás Maduro ha aumentado el ingreso de los trabajadores en cinco ocasiones, lo que ha generado que el poder adquisitivo caiga a niveles extremos.
Este último aumento del salario mínimo representa un incremento de 375%.
Fuente: “El Nacional” de Venezuela, GDA