El contrato de Gobierno a Gobierno firmado con Francia hace tres semanas en Pozuzo, para acompañar la construcción de la carretera Daniel Alcides Carrión, es una de las decisiones más importantes tomadas durante este gobierno de transición y emergencia. Se trata de un ambicioso y trascendental proyecto que hará realidad un antiguo sueño de millones de peruanos: contar con una nueva Carretera Central que conecte la capital con el centro del país de manera rápida, segura y sin interrupciones.
Estamos hablando de uno de los principales ejes logísticos del país, cuyo nuevo trazo dinamizará, sin lugar a dudas, la economía no solo de su zona de influencia, sino de todo el país. Habrá una reducción sustancial en los tiempos de viaje para el transporte tanto de carga como de pasajeros y, por ende, una disminución de los costos logísticos. Además, facilitará el traslado de la producción de la sierra y selva central hacia los principales mercados de la capital.
Será la autopista más moderna del país. Según el perfil elaborado, debe tener aproximadamente 137 kilómetros de longitud, doble vía, cuatro carriles, incluyendo más de 30 km de túneles, 27 puentes y cerca de 90 viaductos, teniendo un costo alrededor de los 11 mil millones de soles. Se proyecta que el 75% del tráfico actual se desplace por la nueva carretera, permitiendo reducir a menos del 40% el tiempo de traslado de Lima a Junín. En su trayecto atravesará 3 regiones, 4 provincias y 8 distritos, permitiendo la conexión con 5 regiones y 653 centros poblados.
Si bien la inversión es grande, lo cual motivó algunas voces en contra del proyecto, los beneficios que traerá son indudablemente más importantes. Su sola ejecución representa un incremento de 12% en la inversión anual, debiendo generar un aumento del 2% del PBI y la generación de más de 120 mil empleos directos e indirectos. Es decir, estamos ante una inversión que será recuperada con creces y que tendrá impacto en la reactivación económica del país.
Sin duda, se trata de un proyecto estratégico, desarrollado de manera concertada. Así tenemos que el perfil fue formulado por los gobiernos regionales de Lima Provincias y Junín, y su ejecución ha sido convocada por el MTC a través de Provias Nacional con la modalidad de contratación Gobierno a Gobierno, que permite contar con plazos ciertos, ahorro de recursos, uso de alta tecnología, eficiencia y transferencia de conocimientos. Además, tiene durante todo su desarrollo control concurrente por parte de la Contraloría General de la República, garantizando transparencia y evitando cualquier posibilidad de corrupción. Adicionalmente, el asesoramiento y acompañamiento técnico de Francia garantiza, con su amplia experiencia en megaobras, que el proyecto se desarrollará en las mejores condiciones para nuestro país.
La suscripción del contrato demuestra, también, que se puede lograr impulsar grandes obras en tiempos razonables, cuando se trabaja de forma concertada con las demás autoridades y hay voluntad política y un equipo técnico solvente dispuesto a enfrentar los retos que siempre tiene la administración pública.
En pocas semanas habrá un nuevo gobierno a cargo, pero confiamos en que las obras y proyectos que están encaminados seguirán su marcha y no se detendrán. Esta colosal vía que va a conectar a nuestros hermanos del centro del país con el desarrollo económico era una deuda histórica del Estado con los pueblos de estas regiones, era un proyecto que no se podía seguir postergando. Si bien el encargo como gobierno era resolver problemas inmediatos no podíamos dejar de lado los objetivos de mediano y largo plazo. La vía Daniel Alcides Carrión en los próximos años será una realidad que permitirá conectar el centro de nuestro país con el desarrollo, la modernidad y el mundo.