Atravesamos por un momento de crisis política que exige al Congreso actuar con plena convicción para enfrentar a la corrupción aplicando las disposiciones constitucionales. Como parlamentarios, ello nos exige un comportamiento moderado y que corresponda a la confianza otorgada por la nación peruana en el ejercicio cabal de nuestro rol, sin armar fuegos cruzados que agraven la actual coyuntura política.
Por ello, resulta reprochable la actitud de congresistas que critican sin fundamento la labor de la Comisión de Ética Parlamentaria, basados únicamente en supuestos de blindaje y parcialidad que no hacen más que distraer la atención de la ciudadanía. Esto no aporta en nada a fortalecer la imagen del Parlamento e injustamente pone en tela de juicio el desenvolvimiento de los demás miembros de la comisión.
Desde julio del 2017, en que asumí la presidencia de la Comisión de Ética Parlamentaria, se han recibido denuncias contra 36 parlamentarios. El 81% de ellas pasó a indagación preliminar y el 48% fue realizada contra parlamentarios de Fuerza Popular.
Así, también se declararon improcedentes y se archivaron 40 denuncias. De ellas, menos de la mitad, 19, eran denuncias contra parlamentarios de Fuerza Popular y 21 han sido contra congresistas de otras bancadas. Dadas las cifras, debo rechazar categóricamente las acusaciones de una presunta parcialización en las votaciones.
Debemos ser responsables y consecuentes en el desempeño de nuestro rol como integrantes de la Comisión de Ética Parlamentaria. Y respetar el estricto cumplimiento de las normas procedimentales, el Código de Ética y el Reglamento de la Comisión, que rigen el procesamiento de las denuncias y el sistema de votación con las que se desenvuelve la comisión.
Conforme lo dispone el Reglamento del Congreso, la composición de la comisión es multipartidaria y observa, además, el criterio de proporcionalidad en razón al porcentaje de congresistas que pertenecen a los diferentes grupos parlamentarios. En este caso, cuatro de Fuerza Popular y un integrante por cada uno de los otros partidos políticos, sumando en total nueve congresistas que votan en razón al criterio de conciencia y de mayoría simple.
En esa misma línea, faltan a la verdad las especulaciones respecto del archivamiento del caso de congresista López Vilela por la supuesta mayoría fujimorista en la comisión (mayoría que, ya expliqué, no tenemos). En ese caso, la votación fue multipartidaria y mayoritaria. Solo con dos votos en contra se procedió a su archivo, con base en el informe preparado por la Secretaría Técnica.
Asimismo, es cuestionable cómo la prensa ha redactado de forma antojadiza e irresponsable las declaraciones que de manera cortés brindé en los pasillos del Congreso. Esto ha creado dudas sobre una respuesta “inocente” a una pregunta suelta que no tenía como fin desarrollar una explicación más exhaustiva, como amerita este tema.
El escenario desesperanzador no lo crea el desenvolvimiento de la comisión, cuyas sesiones son grabadas y públicas, sino la actitud poco constructiva de los congresistas que prefieren dar un paso al costado porque sus denuncias no tuvieron los votos necesarios para iniciar una investigación. Tal actitud pareciera más un intento de manipulación, pero prefiero pensar que es un desconocimiento involuntario de la naturaleza política del fuero legislativo así como de la libertad que ejerce cada congresista al votar a favor o en contra.
Se habla de no politizar la comisión y de modificar su formación, y como acto de protesta algunos congresistas han suspendido su participación en la misma. Están en su pleno derecho, pues de eso se trata la democracia, a la cual no es ajena incluso la composición de las comisiones en el Congreso.
Lo que sí llama la atención, en cambio, es que los congresistas parecen desconocer que esto depende de una modificación del Reglamento del Congreso por el pleno, y su actitud solo confunde a la ciudadanía. Por ello, exhorto a los parlamentarios a despejar el humo y a seguir con nuestra labor de forma proactiva y constructiva, pensando siempre en el bienestar del país.*El autor es congresista de Fuerza Popular