Un tercio de la población depende de Essalud, la cual se financia con los aportes de los empleadores a favor de los asegurados.
El presupuesto anual es de S/11 mil millones, insuficiente para cubrir las necesidades operativas, ampliar la cobertura y reducir la brecha de infraestructura calculada en aproximadamente S/25 mil millones. Con el presupuesto actual de S/60 millones para obras, recién en 400 años se podría cerrar la brecha.
Mientras la población asegurada aumentó en 23% en los últimos 8 años, los recursos para atenderla se han visto afectados en cerca de S/2.850 millones por año. Esto debido a esquemas discriminatorios de aportación para grupos específicos de la administración pública y del régimen agrario, los pagos que actualmente asume Essalud correspondientes a los pensionistas de los regímenes 20530 y 18846, y a la inafectación de las gratificaciones que en el 2017 significó S/800 millones.
Todo ello rompe los principios de equidad y solidaridad, y pone en riesgo la sostenibilidad de la seguridad social, conforme lo señalado por la Organización Internacional del Trabajo en el 2015.
Solo el pago de los pensionistas ascendió en el 2017 a aproximadamente S/650 millones, equivalente al 6% del presupuesto. Con ello, cada año, se podrían construir 3 hospitales de 200 camas, realizar 350.000 cirugías, entre otras cosas. Esta es una obligación que debería ser cubierta por la ONP, conforme a su competencia.
Cuando ingresamos a Essalud en marzo de este año, encontramos un déficit proyectado de S/78 millones. Gracias a estrategias de mejora de la recaudación, de recuperación de deudas –que actualmente superan los S/3.500 millones– y a un uso más eficiente de los recursos, hemos logrado revertir esa situación y hoy se proyecta un superávit de cerca de S/100 millones, que se destinará a la prevención y atención primaria.
En los primeros 180 días, la gestión ha implementado medidas en favor de los asegurados para lograr una mejor atención, tales como la entrega de medicamentos a domicilio de nuestros adultos mayores de Padomi, el subsidio de lactancia sin trámites en 72 horas, el incremento de las atenciones e intervenciones quirúrgicas, la habilitación de la antigua área de emergencia del hospital Rebagliati y la construcción del puente, el incremento de 218 camas en centros asistenciales a nivel nacional, entre otras.
Además, la gestión ha puesto en marcha un procedimiento para denunciar actos de corrupción con protección al denunciante y la directiva de conflicto de interés aplicable a todos los funcionarios e integrantes de los comités de contrataciones. Adicionalmente, se ha iniciado la implementación del ISO 37001 Sistema de Gestión Antisoborno en el proceso de adquisiciones de los hospitales.
Estas medidas de gestión requieren ser complementadas con otras de carácter normativo, como por ejemplo la reducción gradual del fondo de reserva técnica, a fin de ser utilizado para la rehabilitación de los 14 centros asistenciales declarados de alto riesgo, según el D.Leg. 1355, impulsado por la gestión porque la emergencia es hoy.
Sin embargo, aún están pendientes otras medidas que hemos propuesto, con soluciones efectivas y realistas, poniendo al centro al asegurado. Esa es la verdadera reforma.