El dilogo del lunes habra tenido como propsito fundamental apuntalar a la tambaleante primera ministra Ana Jara y hacer creer que su salida del Gabinete o, peor aun, una censura del Congreso, no solo le hara dao al gobierno sino que empeorara la crisis poltica.
En realidad, todos saben que el problema no es la piadosa y afable Jara, sino otros ministros que hacen de las suyas escudndose tras las faldas de la primera ministra y, en ltima instancia, la traba es la pareja presidencial, que es inamovible.
As, los reclamos para que salga Jara y la mocin de censura que circula en el Congreso no apuntan a ella ni a sus calidades personales, sino a su escaso poder que le impide remover a los ministros y, en el fondo, a la manera cuartelaria de gobernar de la pareja presidencial.
En suma, la estrategia de la pareja habra sido mantener a la bonachona y cordial Jara como escudo de la media docena de ministros indeseables cuyas cabezas piden diversos grupos de oposicin.
Pero tambin existen diferencias entre las facciones de Palacio, es decir, entre la del presidente Ollanta Humala y la de su esposa Nadine Heredia. No parece casualidad que la propuesta para cerrar la Direccin Nacional de Inteligencia (DINI) haya sido formulada por Jara y la primera dama, ante la sonrisa displicente de Humala.
La discrepancia no residira en que la DINI haya estado espiando ilegalmente a propios y extraos sino, hasta donde se sabe, en que Nadine le reprochara al presidente haber confiado en sus torpes compaeros de promocin, que han realizado un psimo trabajo. No pudieron desacreditar a los espiados y encima fueron descubiertos con las manos en la masa.
Nadine y Jara propusieron y dispusieron, y luego presentaron su desatinada alternativa sobre la DINI como un acuerdo del dilogo. En verdad, all no se discuti y menos se acord nada. Cada uno de los presentes dijo lo que se le ocurri en sus cinco minutos y al final Jara plante las cosas que a ella y a Nadine les convenan, incluyendo una muy vaga oferta para aumentar el salario mnimo en el segundo semestre para distraer la atencin con una discusin que hoy no tiene pertinencia.
Cerrar temporalmente la DINI y encargar su reestructuracin a una comisin de notables no tiene sentido. En primer lugar, la DINI no se puede cerrar: ha sido creada por ley y se necesita otra norma para liquidarla. Es decir, hay que esperar a que se rena el Congreso y se ponga de acuerdo en esa norma que, por supuesto, ni Jara ni Nadine tenan cuando lanzaron al aire la idea.
En segundo lugar, esa posibilidad no tan cercana eventualmente permitira a los culpables del desastre evadir responsabilidades sobre las actividades ilegales que hubieran venido realizando, sobre el destino que hubieran dado a los cientos de millones de soles que gastados hasta ahora y sobre los equipos de interceptacin que hubieran adquirido y usado sin ningn control
En tercer lugar, no se requiere ningn cierre temporal ni esperar una norma del Congreso. Ayer ha debido empezarse con el cambio, nombrando a un jefe de la DINI independiente, conocedor y honesto, que haga dos cosas: una investigacin seria de las tropelas cometidas y una reorganizacin.
En cuarto lugar, la comisin de notables es una vieja idea ya probada y que no funcion. En el 2004, el presidente Alejandro Toledo nombr una comisin (Francisco Guerra Garca, Sal Pea, Enrique Obando y Ayleen Prez) que hizo una propuesta que se zangolote con otra docena de proyectos que haba en el Congreso para redactar una nueva ley.
A la luz de lo ocurrido en los ltimos 25 aos, lo ms sensato es volver al servicio de inteligencia previo a Vladimiro Montesinos, pero civil, no militar. Un organismo pequeo, de unas 50 personas, integrado por profesionales calificados que hagan inteligencia estratgica, y no operativa. Eso s podra serle realmente til a un gobierno capaz y honesto. Algo parecido a la Agencia Nacional de Inteligencia chilena. Lo que queda por resolver ahora es qu ministros son los que se van y cundo. Los ms afines a Nadine? Los ms cercanos a Ollanta? O una mezcla de ambos.