El lunes se presentó ante el Parlamento el segundo gabinete del Gobierno de Pedro Castillo, encabezado por Mirtha Vásquez, en busca del voto de investidura, pero debido al sorpresivo fallecimiento del congresista Fernando Herrera, el debate se vio interrumpido y pospuesto hasta el jueves de la próxima semana. Por unos días más no sabremos el resultado final de la votación, aunque cálculos preliminares sugieren menos holgura en el escrutinio que la recibida por el Gabinete Bellido, lo que no deja de ser llamativo.
Hay varias razones que podrían explicar una eventual llegada de fotografía. Independientemente de la forma y el fondo del discurso pronunciado por Mirtha Vásquez, sin duda menos confrontacional en su presentación que el efímero Bellido y con un énfasis en aspectos ausentes en el mensaje pasado (identificados por Alejandro Boyco en un informe para este Diario), podíamos anticipar que habrían votos de bancadas o congresistas con los que el nuevo Gabinete no podría contar.
Como lo resumió el congresista Alejandro Cavero de Avanza País en declaraciones a Fernando Carvallo en RPP, “Mirtha Vásquez comparte las ideas de fondo de Perú Libre, sino no estaría donde está. Yo no puedo dar el voto de confianza a políticas en las que yo no creo”. A ello se suma la presencia de ministros cuestionados, como Barranzuela en Interior y Gallardo en Educación, lo que facilita la decisión de otras como Renovación Popular, según el congresista José Cueto.
Las dos novedades respecto de la presentación del primer Gabinete, y que le añaden una cuota de incertidumbre a la votación, son el fraccionamiento de la bancada de Perú Libre y la regulación de la cuestión de confianza. En el primer caso, al menos hasta la intervención en el debate del lunes de algunos de sus miembros, no permitía anticipar si continuarían en su posición maximalista de negarle el voto al “gabinete caviar” o si, por el contrario, cederían al llamado a la unidad enarbolado por el congresista Bermejo. No obstante, en un informe publicado en redes sobre la base de 70 proyectos de ley, el grupo de análisis político ‘50+1′ iba más allá e identificaba hasta tres tendencias o agrupamientos dentro de la bancada de Perú Libre, lo que revela grietas más profundas en el bloque oficialista.
Lo segundo es que, para algunas bancadas que quizás votaron por Bellido temerosas de abrirle la puerta a una eventual disolución constitucional con una primera negativa, la promulgación por insistencia de la ley que regula la cuestión de confianza puede haber despejado esos miedos. Si bien el Ejecutivo sigue teniendo la posibilidad de hacer confianza por materias que son propias de su competencia, ya no cuenta con la posibilidad de plantearla por cualquier motivo, como amenazó hacerlo Bellido por el cuestionado Maraví en su momento, y eso puede influir en su proceso de decisión.
Además, ahora tienen casi diez días para pensarlo y hacer nuevos cálculos. En la famosa insistencia, consiguieron unos nada desdeñables 79 votos, y esta votación podría ser un indicador de cuántos congresistas más pueden ser considerados “aliados” para la oposición más dura. Finalmente, no hay que subestimar la torpeza de un presidente débil, en su segundo gabinete en menos de 100 días, que el mismo día en el que sus ministros van y se presentan en el hemiciclo buscando mitigar la crispación política (al menos desde el discurso) decide exacerbar los ánimos y contradecirse a sí mismo hablando de estatizar o nacionalizar Camisea. Como decía la semana pasada, hay una tensión constante en este Gobierno que hace poco por generar la confianza que no solo su Consejo de Ministros necesita en estos momentos.