Lo más probable es que el martes se admita a debate por el pleno la moción de vacancia contra el presidente Pedro Castillo. De acuerdo con la contabilidad de votos usual, habría 54 congresistas a favor de la admisión.
Las cosas cambiaron a raíz de la revelación de las reuniones en la casa de Breña. En ese local, el presidente Castillo tuvo citas no solo de corte personal –como él dijo–, sino también con funcionarios y empresarios.
La casa de Breña ha servido para sacarle la vuelta a las formalidades de Palacio de Gobierno. Ha servido para oscurecer la gestión presidencial, para evadir la agenda oficial.
Parece ser que Castillo pretendía desde el inicio contar con este tipo de opacidad. Por algo lanzó, en su primer mensaje a la nación, la idea de hacer de Palacio de Gobierno un museo y despachar desde cualquier otro lado.
El argumento de entonces fue “romper con los símbolos coloniales”. La casa de Breña y las reuniones semiclandestinas revelan que eso era un pretexto, que lo que se quería era el ocultamiento.
Castillo ha dicho que se trataba de reuniones personales. De acuerdo con los que se ha identificado que entraban hasta altas horas de la noche, no se trataría de reuniones personales.
El ministro de Defensa, Juan Carrasco, fue uno de los asistentes. ¿Qué de personal puede tener una reunión con un ministro de Estado?
Karelim López Arredondo, una empresaria lobista, es otra de las personas que fue a Breña. Llegó en un BMW X6, que esperamos no haya picado mucho el ojo al ministro de Economía, Pedro Francke.
¿Qué hacía esta empresaria en la casa de Breña? ¿Su reunión era personal? ¿Tiene, acaso, una relación personal con el presidente?
Las reuniones en la casa de Breña deben servir para hacer una investigación formal. Cada uno de los asistentes confirmados debería explicar qué hacía ahí.
Según IDL-Reporteros, Karelim López y Bruno Pacheco (además de Silvia Barrera) tuvieron una reunión conjunta en el estudio de un abogado penalista. ¿Qué relación hay entre López y Pacheco?
Sabemos que Bruno Pacheco, exsecretario general de Palacio, intentó interceder ante la Sunat a favor de una empresa informática. También sabemos que se olvidó 20 mil dólares en un armario del baño de su oficina en Palacio.
La sociedad entre Karelim López y Bruno Pacheco debe esclarecerse. Sobre todo, por el presidente Castillo. Tenemos que saber cuán involucrado está (o no) el jefe del Estado con estos lobistas a los que tiene o ha tenido tan cerca.
La moción de vacancia presidencial que se va a discutir no tiene fundamentos pertinentes. Mucho más motivo se podría encontrar en las negociaciones en las que podrían estar Bruno Pacheco y Karelim López.
La permanente incapacidad moral de un gobernante debe sustentarse. Es una decisión del Congreso, pero no puede ser una decisión sin fundamento.
Las razones esgrimidas en la moción presentada por la congresista Patricia Chirinos no certifican una incapacidad moral permanente. Ni la designación de altos funcionarios ni la permisibilidad a la violencia contra la mujer pueden aceptarse como argumentos válidos.
Si el Congreso pretende declarar la incapacidad moral tendrá que buscar nuevos fundamentos. Las reuniones en Breña son una buena pista para ello.