Cuando oímos hablar de “reforma política”, ¿qué es lo primero que viene a nuestra mente? Quizá pensamos en nuevas reglas para elegir autoridades, en cambiar la forma como se vinculan los poderes del Estado o los niveles de gobierno, o simplemente en blindar a la política peruana de la corrupción. Sin duda es necesario trabajar en un diseño institucional que corte con la impunidad, permita una verdadera representación y rendición de cuentas, garantice separación y balance de poderes, y proteja libertades y derechos fundamentales. Pero imaginemos que logramos ese mejor diseño, que limpiamos la política y conseguimos “que se vayan todos” los que hoy se benefician indebidamente del statu quo. ¿Quiénes ocuparían ese espacio que queda libre? ¿Hay gente realmente preparada para hacerlo?
La crisis de la representación que sufrimos, simplificándola enormemente, pasa por tener un sistema político que no es capaz de visibilizar problemáticas, canalizar demandas y generar transformaciones alrededor de estas. Cambiar esta situación e impedir que llegue a niveles aún más bajos –o insalvables– requiere pensar en la preparación, organización y articulación de los políticos y políticas, colectivos y partidos, y la ciudadanía y líderes de diferentes sectores de la sociedad. La democracia los necesita a todos gobernándose y ejerciendo su poder de forma limitada, compartida y acordada.
Sea porque queremos mejores políticos/as o partidos, o porque queremos asumir desde la ciudadanía roles más activos, necesitamos preguntarnos qué significa en nuestro país ejercer el poder y hacer política en democracia. Pero para que la respuesta tenga sentido, necesita construirse colectivamente. Necesitamos nuevos espacios de aprendizaje e intercambio en donde ciudadanía, militantes y líderes políticos puedan encontrarse y reconocerse como relevantes en la generación de un significado compartido de democracia.
Por esta razón construimos Recambio, una organización ciudadana apartidaria que busca deliberadamente reunir y ofrecer experiencias plurales a personas que, desde distintas identidades, regiones, posiciones políticas y partidos, hacen o quieren hacer política. Para poder reunirlas y ofrecerles un espacio para adquirir las herramientas y los conocimientos mínimos para entender, ejercer y reinventar la forma en que se hace política en el Perú.
Desde que empezamos este proyecto en el 2019, Recambio ha logrado capacitar a más de 40 candidatos y candidatas al Congreso de más de 10 partidos políticos y regiones del país –cuatro de los cuales fueron elegidos– e impactó a nivel nacional en más de 200 jóvenes con inquietudes políticas. Hoy, como asociación civil y parte de la red global de academias no partidarias de liderazgo público de Apolitical Foundation, empezamos una nueva etapa. A partir de la próxima semana ofreceremos programas formativos a ciudadanos y ciudadanas, jóvenes y adultos, que quieran explorar su rol político, líderes intrapartidarios que busquen mejorar la organización de sus partidos, y jóvenes políticos que hayan decidido postular al Congreso o a cargos en gobiernos locales y regionales.
Si en efecto necesitamos que las personas y las organizaciones que entran en política tengan las competencias para hacerlo de forma democrática, debemos asegurarnos de que existan espacios donde puedan desarrollarlas. El sentido de urgencia es tan alto como la conciencia de la complejidad del reto. Sin embargo, apostar por construir un lugar para aprender a hacer política en democracia no se trata solo de enseñar lo que se sabe, sino de crear un espacio seguro en el que, reconociéndonos como pares, podamos aprender lo que no sabemos: dialogar y crear juntos nuevas formas de debatir y negociar nuestros acuerdos, gestionar nuestras discrepancias y conflictos, asumir liderazgos, y organizar los colectivos y partidos que sean capaces de renovar la política en nuestro país.