Gran revuelo ha causado el anuncio que realizó dos días atrás el ministro del Interior, Carlos Morán, sobre la creación de una ‘brigada especial’ de la policía enfocada en delitos cometidos por extranjeros.
Como señalamos ayer en este espacio, el hecho de que publicitase su inédita ‘estrategia’ durante una entrevista en una radio, aunado a la circunstancia de que –si bien afirmó que este equipo se enfocaría en criminales extranjeros en general– el ministro se empeñase en defender su creación citando como ejemplos delitos cometidos por ciudadanos venezolanos en los últimos tiempos, develaban que la preocupación del titular del Interior por la seguridad no eran tanto el ‘leitmotiv’ de su propuesta, sino que, más bien, lo que buscaba era conseguir el aplauso fácil de un sector de la ciudadanía explotando un recurso tan vetusto como execrable: la xenofobia. La bandera tantas veces reciclada en la historia de que el extranjero es el peligroso y de que su purga ayudará a restituir una suerte de ‘equilibrio natural’ dentro de los países receptores. Una actitud que, por lo demás, no es nueva en el ministro Morán.
Además, como han señalado especialistas consultados por este Diario, la propuesta del titular del Interior exhibe varios problemas. Entre ellos, que los grupos especiales que se han conformado antes en la policía se hicieron para abordar de manera específica determinados crímenes (como el terrorismo o las organizaciones criminales); no para perseguir a un colectivo fijándose en su lugar de procedencia.
Lejos de reflexionar, el ministro ha insistido en su aventura, cobijado por –valga el oxímoron– el estruendoso silencio de sus superiores. En primer lugar, del primer ministro Vicente Zeballos y, sobre este, del presidente Martín Vizcarra. ¿Respaldan el mandatario y su jefe de Gabinete la proposición de Morán? ¿Es esta una de las banderas del Ejecutivo?
Queremos saber si este gobierno es promotor de estrategias que segmentan por nacionalidad.