El emperador austro-húngaro Francisco José recibió la noticia del asesinato de su sobrino Francisco Fernando y su esposa, en el balneario de Ischl. De inmediato ordenó el regreso de la corte a Viena. El nuevo heredero es el archiduque Carlos, hijo del archiduque Otto, hermano de Francisco Fernando. Está casado con la princesa Zita de Borbón Parma. Los dos terroristas fueron capturados vivos y pertenecen a una secta, apoyada por Serbia, llamada la Mano Negra. Los emperadores de Alemania y Rusia, y gobernantes del mundo entero condenan el horrible magnicidio.